27/10/17

Serenity - Lionheart

Conocí esta banda austriaca a principios de este año, cuando la vi en el cartel de Wacken y escuché algún disco suyo por si me interesaba verlos en directo. A raíz de ese cartel descubrí muchos buenos grupos, pero Serenity fue de los que más me llamaron la atención. Power metal sinfónico, muy de mi rollo. Finalmente no tuve la ocasión de ir a verlos. En Wacken tocan tantos grupos y tan buenos que es físicamente imposible verlos a todos, sobre todo teniendo en cuenta que a estas alturas de la vida no me da el cuerpo para estar de concierto desde mediodía hasta la madrugada, sobre todo con el cansancio añadido que supone caminar por el barrio. Así que, muy a mi pesar, me perdí a Serenity, entre otros.

Sin embargo no les olvidé, y de hecho aquí presento el nuevo disco que ha salido hoy de la mano de Napalm Records: Lionheart. Se refiere a Ricardo Corazón de León, la figura más destacable de la Tercera Cruzada, y debemos entender que el jambo de la portada es él. Las letras, por supuesto, siguen la clásica línea powermetalera del valor, alcanzar la gloria, conducir tus ejércitos hacia la victoria. Todo eso. Ya lo dice el single que da nombre al disco:
Like a lion we fight
Together we will die
For the glory of our God
Luchar, morir, la gloria de Dios. La unión de Jerusalén contra Saladino, en versos posteriores. No recurre a la fantasía para hablar de gestas gloriosas (aunque la glorificación de la guerra tiene un punto fantasioso), y yo personalmente agradezco que se sigan tocando estas temáticas en un 2017 en el que probablemente tengas que salir a dar explicaciones porque ofendes a alguna minoría (aunque siempre pienso que a la mayoría de la minoría afectada se la pela un poco, al menos a mí me parecería lo más normal del mundo que los moros hicieran canciones sobre Saladino matando cristianos, y de hecho me gustaría escucharlas).

Consideraciones aparte, Lionheart no decepciona musicalmente. Recuerda un poco a Sonata Arctica, sobre todo por la voz del cantante, George Neuheuser que recuerda a la de Tony Kakko. No pueden faltar, por supuesto, voces femeninas, coros y arreglos orquestales que no llegan a eclipsar (como sucede por ejemplo con lo último que escuché de Manowar) el sonido metalero. Cuando te metes en el rollo sinfónico no debe de ser fácil que la parte de power metal y la parte sinfónica mariden bien, y eso hay que valorarlo.

Ah, antes de que se me olvide. El digipack que yo tengo contiene dos CDs. El segundo CD es un extra que contiene cinco canciones, tres lentas al piano y dos bastante cañeras y molonas, especialmente la última. Nadie se va morir por no escucharlo, pero ahí está.


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