4/6/15

¡Bolo de AC/DC en Madrid!

Para el primer concierto del Rock Or Bust World Tour de AC/DC en Madrid me quedé sin entradas porque volaron en cero coma y estuve poco avispado. Para el segundo concierto del Rock Or Bust World Tour de AC/DC en Madrid también me quedé sin entradas porque cuando me enteré de que las habían puesto a la venta ya habían volado. Así que hace un mes no contaba con que ahora iba a estar escribiendo este post, pero oye, tirando de reventa todo se consigue. Ticketbis es una página que aprovecha el concepto de consumo colaborativo para poner en contacto a compradores y vendedores de entradas sin tener que recurrir a la triquiñuela de "vendo boli Bic y regalo entrada...", así que me dirigí a una chica de Antequera que me dejó un par de entradas por un precio algo más caro que el original, pero tampoco nada descabellado. Como en la página cada vendedor estipula los precios que considera oportunos, había muchos flipaos que te vendían la entrada en el mismo sector por más de mil euros. Esa gente espera a los desesperados del último momento que están dispuestos a pagar cualquier cosa; a mí me parece un negocio arriesgado porque igual resulta que esos desesperados no aparecen, pero oye, si les sale bien pues cojonudo. En cualquier caso quisiera dar fe de que la página es segura y transparente, así que si algún día os quedáis sin entradas para un evento de estas características, es una buena opción. Tengo que decir esto porque he visto un montón de comentarios negativos de gente que no tiene ni puta idea del funcionamiento de la web (básicamente porque piensan que es una Ticketmaster) y no es justo.

Pillamos alojamiento en un hostal de mala muerte pero barato y bien localizado cerca del metro de Ópera. Digo bien localizado porque desde Ópera hasta Pirámides (o sea, hasta el Calderón) hay tres paradas y no hay que hacer ningún transbordo ni nada de esas cosas chungas para la gente de pueblo, y además, a la vuelta nos deja al lado de la fiesta post-concierto, que también está cerca del hostal, etc. Con todo esto quiero decir que soy un genio eligiendo alojamiento en la Ciudad Capital, aparte de que cada vez me muevo mejor por allí. Igual debo dedicarme a ello.

Total, que salimos de Asturias a mediodía y llegamos allí a media tarde. Ya había un ambientazo cuando todavía quedaba más de una hora para la apertura de puertas, pero a medida que se acercaba la hora H aquello era cada vez más brutal. No había visto tanta gente junta en mi vida.

Esto de aquí arriba es el exterior del Calderón cuando todavía quedaba cerca de una hora para que salieran los teloneros (Vintage Trouble). Yo había bajado a por una cerveza porque en la grada el sol pegaba de forma inhumana y era un día bastante caluroso. El sablazo por la bebida hacía que la sonrisa profesional de la camarera pareciera más bien que se estaba riendo en tu cara, pero bueno, era asumible y ya contaba con ello. Lo mismo para el merchandising oficial: que te cobren diez pavos por unos cuernos de juguete, que era lo más barato, pues en fin, yo por ahí si que no estuve dispuesto a pasar. Pero mucha gente sí. Y la verdad que cuando cayó la noche el espectáculo de cuernos parpadeantes era impresionante. Le eché una foto, pero lógicamente no se ve en todo su esplendor ni de lejos. Ni siquiera en vídeo. Hay que estar allí y vivirlo en persona. No sólo es el grupo, es el público y sentirte parte de ello.


Respecto al grupo, qué puedo decir. Fue un conciertísimo que comenzó por Rock Or Bust y terminó con el From Whose About To Rock, weee saluuuute youuuu, y aquí no tengo nada que añadir a lo que podéis leer en las crónicas más musicales, salvo que fue algo realmente épico y mereció la pena cada euro pagado.

Fuimos al post-concierto a la sala We Rock. Bueno, el metro de vuelta estaba impracticable por la masificación y tuvimos que hacerle la 13-14 al vigilante de seguridad (sin más detalles) para tener, digamos, trato preferencial, así que bien. Nunca había estado en la We Rock y tenía curiosidad porque unos me habían hablado muy bien y otros me habían hablado muy mal. A ver, el local está bien: es grande, cómodo, está limpio, la música bien, tiene unas pantallas led que son una mierda pero qué más da. Pero luego a nivel de precios es una basura: pagar cuatro euros por una birra y ocho por una copa... pasando. Entre eso y la sudamericana que me cogió la mano y la frotó contra su entrepierna (¿?) tuve la sensación de estar en un puti, así que trataré de no volver en un futuro. Voy sobre seguro y tiro pa Argüelles. Ojo, que esa noche me lo pasé bien, pero vamos, que esa noche y punto.

Y eso fue todo. Una noche épica, inolvidable e irrepetible. Y todavía tengo que volver a Madrid a finales de mes.

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