11/11/17

Camareras

Anoche salí a tomar birras después de mucho tiempo sin tomar birras. Rondamos de bar en bar durante unas pocas horas, no muchas. uno estaba vacío, así que charlamos con la camarera un rato. Siempre entramos a una hora a la que la gente todavía no ha empezado a venir, y siempre coincide que hay una camarera aburrida con ganas de conversación. No voy a dar más datos sencillamente porque no me apetece, pero estoy pensando que si hoy publicase que en tal bar hacia tal hora hay una camarera joven y guapa que está sola y aburrida, se correría la voz y la hora a la que hasta ayer no había nadie pasaría a ser la hora del aforo completo. Le haría un favor al dueño del local.

En otro garito había algo más de gente. Había dos camareras realmente atractivas, con un cuerpo que bajo los estándares actuales se considera perfecto, además de un vestido bien ajustado para resaltarlo y zapatos de tacón para estilizar el tren inferior. Parecían disfrutar detrás de la barra y había muy buen rollo entre ellas. Demasiado buen rollo, de hecho, esto que ves entre mujeres jóvenes que durante un tiempo son las mejores amigas del mundo y de repente un día se odian a muerte y no terminas de entender el porqué por más que se esfuercen en explicártelo. La clientela era predominantemente masculina, claro. Acabé siguiendo a una de ellas en el Instagram, porque ya era la cuarta cerveza y venga va. Es de esas que están buenas y además lo saben.

Nunca le pillé el punto a ligar con camareras. Hay chavales que llegan a la barra y sólo les faltan máquinas de asedio. Pero ella está currando, no puede hacerte mucho caso, luego estará cansada... meh.

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