2/10/17

Dark Souls 2

Esta última semana la he dedicado casi al completo a jugar al Dark Souls 2. El primero me lo había acabado en la primavera del año pasado, después de unas 50 horas de partida, mucha paciencia y una ayudita de alguna videoguía que encontré en Youtube. Había tenido que recurrir a guías en vídeo porque las que estaban por escrito no me ayudaban demasiado; me indicaban con acierto a dónde me tenía que dirigir, pero una vez allí me perdía irremediablemente. De hecho, cuando no tenía guía alguna, me pasé varios días intentando superar la zona de las catacumbas según llegué al Santuario de Enlace de Fuego porque básicamente era el primer sitio con el que me encontraba. Aquello era desesperante porque obviamente mi nivel era muy bajo para un sitio al que se suele ir después de Anor Londo, o sea, cuando ya sabes a lo que estás jugando y tu personaje tiene cierto nivel. Esto es Dark Souls, nadie te dice nada, búscate la vida. Mis respetos para los que hayan conseguido superarlo yendo a ciegas; yo personalmente me hubiera acabado aburriendo.


Bien, pues al acabar el primer Dark Souls me puse casi de seguido con la segunda parte, pero al llegar a Majula después de muchas muertes simplemente me dio pereza seguir. Dije: bah, ya lo dejaré para más adelante. Y ese "más adelante" finalmente llegó. Dos semanas y 417 muertes después, derrotaba a Nashandra con mi maravillosa alabarda +10 y daba por terminado el juego. Sí, todavía me dejo cosas en el tintero. Quizá pasarme el Abismo Oscuro de Antaño y derrotar al rey Vendrick, pero una vez vistos los créditos finales como que ya no tengo ninguna motivación. Las aventuras secundarias me gustan, a veces me paro con alguna para disfrutar más del recorrido y ganar experiencia, pero cuando derroto al malo, se acabó. Así fue con Skyrim, también.

Lo cierto es que una de las cosas que más me condicionó a la hora de no haberlo jugado hasta ahora fueron las pésimas opiniones de los gamers. A veces olvido que estamos en internet, ese territorio virtual donde no existen los grises, y todo lo que no es una absoluta maravilla es una puta mierda. No sé si será el peor de la saga porque no los he jugado todos, pero desde luego la experiencia fue como mínimo tan apasionante como en el primero. He sufrido para derrotar a algunos bosses, he tenido muertes ridículas, he acabado hasta los cojones de avanzar entre la mugre y la oscuridad de la alcantarilla más profunda pero luego he disfrutado de unas vistas maravillosas subiendo cada vez más alto para visitar al dragón antiguo. Y he temido por la vida de mi personaje, porque en esta saga el morir cuenta. En definitiva, he jugado al Dark Souls.

No sé cuándo tendré la oportunidad de jugar al tercero. Mi relación con los videojuegos no va mucho más allá; no me considero gamer aunque creo que es un aspecto en el que hay que tener cierta cultura general. Quizá más adelante, cuando las consolas de esta generación estén baratas en el mercado de segunda mano.

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