26/9/17

Y lo fácil que es perder el norte

Hace casi dos semanas llegué de Madrid con el propósito de trabajar duro y no sumirme en la pereza y la depresión. La idea era que no hubiese ningún día cero: pasara lo que pasara, todos los días debería hacer algo que me ayudara a crecer, o al menos no decrecer. 

Pues bien, he empezado a jugar al Dark Souls 2 y tengo una viciada como no la tenía desde... que jugué al Dark Souls 1. He descontrolado mi sueño: hasta hace poco me iba a la cama antes de medianoche y despertaba antes de que amaneciera, por lo que los días me cundían mucho. Hoy me he levantado a las 12 como un Kiko Rivera de la vida. También es verdad que me duele un poco la cabeza, pero qué demonios, es martes y estoy levantándome a las once. Estaba preparando algunas entradas interesantes para darle vidilla a este blog y todavía no he empezado a escribir porque me da pereza. Y todo así.

De hecho escribo esto porque considero que escribir, al igual que leer es "hacer algo", aunque sea poco. Escribo que lo estoy haciendo otra vez rematadamente mal porque quizá contribuye en algo en mi eterna lucha contra la pereza. Quizá.

No hay comentarios: