1/3/17

Comienza una nueva etapa

La etapa en la que voy a empezar a controlar mi día a día con una hoja de cálculo. Cuando en diciembre haga la lista de las cosas que he hecho este año, una de ellas será haber aprendido a usar el Excel, y por extensión otras hojas de cálculo (de hecho en mi portátil uso la de Libre Office y adaptarse no cuesta nada). Cuando no sabes usarlo la verdad es que lo abres y dices eh, qué diablos es toda esta movida: te pones a escribir cosas random en celdas aún más random, no le terminas de pillar el punto, y cuando ves a la gente haciéndose unas tablas de la hostia que hacen operaciones complejas como por arte de magia, con gráficos y todo, piensas que hay que ser un genio para llegar a ese nivel. Pero no. En realidad es facilísimo: una vez que te acostumbras a los comandos básicos y a algunas funciones típicas, lo demás sencillamente consiste en explorar y probar a ver qué hace esto y qué pasa si tocas este botón. No sé cómo pude vivir hasta ahora sin ello; de hecho incluso me apaño mejor con un Excel que con una calculadora de toda la vida.

Llevo tiempo viendo en algunos subs de Reddit relacionados con la disciplina y la mejora personal a gente que lleva diversos aspectos de su vida con una hoja de cálculo. Algunas realmente complejas. Hasta hace poco venía pasando de hacer mi propia hoja porque realmente no sabía por dónde empezar ni cómo enfocarla, pero, como dice Marcos: que lo perfecto no sea enemigo de lo bueno.

Así que he empezado con un calendario de lo más sencillo, en el que voy colocando las cosas que quiero hacer (o dejar de hacer) y simplemente me limito a indicar si lo he hecho o no. Como es casi seguro que algún día voy a fallar, al final de mes tomaré nota de los resultados y para el mes próximo intentaré mejorarlos, y así sucesivamente hasta que no sea necesario llevar el control. Es decir, hasta que se haya convertido en un hábito y me dé más pereza no hacerlo que hacerlo.

Tras todo esto hay una idea muy sencilla. Cuando estás en el gimnasio y hay gente observándote, procuras dar lo mejor de ti. Si no hay nadie, te relajas más. El problema muchas veces es que haces el vago porque no hay nadie mirándote vaguear. Poner las cosas por escrito es una forma de vigilarte a ti mismo. Tu mente te puede engañar de muchas formas, y de hecho lo hace, pero cuando hay algo ajeno a ella donde queda constancia de tus ideas o compromisos la cosa ya cambia. Y cambia mucho.

No hay comentarios: