19/4/16

He vuelto a la universidad

Por un día. Bueno, dos. Esta vez se trató del proceso de selección para trabajar por un año en la biblioteca de la facultad de medicina. Todo esto vino un poco de repente porque últimamente estoy a la caza de otro tipo de ofertas, pero me llamaron desde la oficina de empleo, y oye, para una vez que me llaman desde la oficina de empleo para algo interesante digo yo que habrá que hacerles caso. Además por fin podría utilizar para algo el certificado de profesionalidad que tengo en el tema bibliotecario, que mucho me temo que sólo me va a servir para este tipo de menesteres. No es poco, pero tampoco es suficiente, porque lo más normal es que a poca experiencia que tenga un competidor (y en esta coyuntura toca competir con jodidos cracks hasta para ir al baño) ya te puedes ir despidiendo.

Luego está el tema del baremo y de tener que justificar con original y copia todos los documentos que aportes, que es un coñazo y aprovechas para sacarte dos copias de cada cosa para luego no tener que llevar los originales a la copistería. Yo fui a lo breve y conciso y me limité a lo que pedían y a otras cosas que quizá podrían resultar útiles para el puesto, pero había un señor delante de mí que fue con todo. Sacó un certificado de administrador de sistemas microinformáticos, de Linux, de prevención de riesgos laborales y de la madre que le parió, que no le van a servir para nada, pero bueno. Me limité a mirar al frente y no poner ninguna cara rara. Y me costó. Y luego pensé que si todos eran así la cosa no pintaba mal del todo.

Hoy he tenido la entrevista. Estábamos allí cinco, incluyendo el señor del párrafo anterior, cuatro hombres y una mujer, de los cuales el más joven era yo con muchísima diferencia. Estos fijo que se habían tirado currando en bibliotecas el tiempo suficiente para ganar los cinco puntos de baremo y dejarme a mí con prácticamente cero posibilidades, pero bueno, tampoco ganaba nada yéndome tras intuir el panorama. 

Me llamaron el primero. Yo me esperaba que la entrevista sería con una o a lo sumo dos personas, pero qué va, había una mesa llena de gente, uno de los cuales tenía un folio lleno de dibujos y una cara de aburrimiento tal que daban ganas de ponerle una almohada en la cara y acabar con su sufrimiento. Ese ni siquiera habló, pero los demás me ametrallaron a preguntas de carácter técnico sobre la biblioteca. Algunas las supe responder y otras no, y alguna la respondí, pero después me di cuenta de que podría haberla respondido mejor. Una de las entrevistadoras me preguntó qué haría si alguien me pidiese fotocopiar Anatomía de Grey. Ya sé que Anatomía de Grey es una serie, pero es de esas preguntas que te dejan pinzado y en el momento lo único que te sale es hablar del copyright. Uno de mis grandes defectos (y de mucha gente, pero lo que hagan los demás es asunto suyo) es que mi cerebro a veces no se coordina del todo bien con otras partes del cerebro. Llámalo inseguridad o llámalo X, pero en ese momento la tipa sonrió y puso cara de "jaja, otro que ha picado".

Y heme aquí, dándole vueltas al asunto. No al asunto de si me cogerán o no, que no cuento con ello (aunque bienvenido sea si tal), sino a lo mal que me desenvuelvo en estas situaciones. Llevo dándole vueltas mucho tiempo y todavía no le acabo de pillar el punto. Antes lo solucionaba todo haciendo un poco de cardio de brazo al llegar a casa, pero eso ya no me aporta mucho. Ahora que ya no me lee mucha gente quizá me animo a escribir sobre ello.

No hay comentarios: