Estoy muy viciado al Agar.io. Es uno de esos juegos que son una absoluta chorrada pero son absolutamente adictivos. Ya he conseguido llegar al número uno un par de veces y mantenerme durante un rato largo, así que supongo que la adicción irá bajando poco a poco.
El caso es que mientras navegaba por el papel cuadriculado comiéndome células más pequeñas con nombres de países y líderes políticos me di cuenta de que la victoria y la derrota en el Agar.io es un poco como la búsqueda activa de pareja. A veces pierdes nada más salir a la palestra y te da igual. De hecho eso puede suceder un montón de veces seguidas, porque según empiezas tiendes a ir más distraído. Pero no pasa nada; le vuelves a dar al start y más suerte la próxima vez. Sin embargo, a medida que vas creciendo y acumulando minutos sobre el terreno de juego, la derrota va haciéndose cada vez más dolorosa y cuando pierdes irremediablemente ya no te quedan ganas de jugar. De hecho ni siquiera hace falta perder: de ser el rey de la pista puedes acabar reducido a una célula enana que ha sobrevivido de milagro, que sí, que tiene su mérito, pero a partir de ahí da pereza reconstruir tu imperio. Mucha pereza.
Pues así funciona la Vida, supongo. La gente que quiere reconstruir su imperio después de estar en la cima y pegarse el batacazo es la que realmente vale. O la realmente masoquista.
P.D.: también lo hay disponible para Android, pero no termino de cogerle el tranquillo.
1 comentario:
jugamos en pareja??
Publicar un comentario