16/8/15

Mi estreno en el mundo del cine

Este martes he tenido el placer de asistir como figurante al rodaje de la película El futuro no es lo que era, dirigida por Pedro Barbero, al que conocéis por la fracasada Tuno negro, y protagonizada por Dani Rovira, Carmen Maura y Carolina Bang, entre otros. El rodaje se realizó en el teatro Campoamor y lo que teníamos que hacer los de la figuración era básicamente ser el público asistente al estreno de una obra de teatro, con aplausos al final y todo. Si veis la peli quizá podáis jugar a Buscando a Wally conmigo; es posible que salga en varios planos, así que no debería ser muy difícil.

Me han pagado, pero bueno, podría haberlo hecho gratis porque fui sobre todo por ver cómo era el rodaje de una peli. Empezamos a las seis de la mañana pasando lista y yo por alguna razón estaba de los últimos, así que fue un proceso largo y un poco tedioso. Luego nos fueron dando paso a cuentagotas a los camerinos para que pudiésemos ponernos elegantes; había peluquería y maquillaje, pero yo fui directamente a ocupar mi sitio en la platea del teatro porque ya soy guapo. Allí estaba el equipo de rodaje, algunos con funciones muy concretas (me llamó la atención el trabajo de iluminación) y otros, alrededor de un 40% de los allí presentes, que simplemente caminaban de un lado a otro llevando cosas, que seguramente estarían allí por algo, pero no parecían aportar mucho y al final la sensación que tenía es que estaban allí simplemente  porque en los rodajes de cine siempre tiene que haber determinado porcentaje del personal que se dedica a ir de un lado a otro llevando cosas hacia ninguna parte. En fin.

Rodamos dos o tres tomas de cada, con frecuentes llamadas a guardar silencio incluso aunque ya no se escuchase ni una mosca. Me gustó mucho el proceso de empezar a rodar: cuando dicen eso de MOTOOOR se inicia algo que ya hemos visto muchas veces en el cine dentro del cine, pero visto en persona impresiona más, sobre todo cuando hay involucradas varias cámaras. Es como en Evangelion cuando tienen que liberar al EVA, que lleva implícitos una serie de subprocesos que hacen que sea todo mucho más complicado que subir una plataforma ya está.

Luego nos dieron un "descanso" que debió de durar unas tres horazas que tuvimos que esperar en la calle, supongo que  para no meter ruido. Allí teníamos comida de sobra y yo abusé porque era gratis, pero vaya, que telita. Me pareció ridículo porque las tomas que tuvimos que rodar después podrían haberse hecho perfectamente a primera hora y nos podrían haber mandado a casa a mediodía. Es posible que hacerlo como se hizo tuviera una razón de ser, pero no sé yo; muchas veces las cosas se hacen mal porque sencillamente alguien es un inútil y esto cada vez lo veo más. Cuando me di cuenta de que la cosa iba para largo estuve pensando en irme disimuladamente, pero el hecho de que hubiera dejado cosas en el vestuario lo hacía inviable. Además tengo un problema con la timidez bastante hardcore, así que lo de interactuar con otros para matar el tiempo quedó descartado. Entonces me maldije por no haber venido vestido elegante ya desde casa. Lo que me habían dicho en el mail de que había que traer varias camisas para parecer distinto público era todo mentira, ya que no tuvimos que cambiarnos para nada, y sospecho que era todo una trampa para que no pudiésemos huir.

Después de la larga espera nos hicieron pasar para una hora más de rodaje y ya está. Sentí un gran alivio al poder quitarme la chaqueta y ponerme los pantalones cortos y mi camiseta roja de Duff. Llegué a casa agotado pero satisfecho por la experiencia, por haber ocupado un sitio en el palco del Campoamor, y haber conocido zonas del teatro que no están disponibles para el público normal. Dormí un ratete y después de cenar me fui a Deva, Gijón, a conocer a una buena gente. Pero eso ya es otra historia.

A la peli le auguro poco futuro. Por lo que he podido saber del argumento, tiene pinta de que va ser de estas que empiezan bien y rápidamente se vienen abajo. El hecho de que una de las principales escenas transcurra en un teatro, cuando la mayoría de la gente no va al teatro o va muy poco, ayudará a no conectar con el público y a que, siendo muy optimistas, se quede en un mediocre 5,5 en Filmaffinity. Sobre todo viendo el currículum del director, un hombre de mediana edad que llevaba una perilla cuidada, una gorra de Supermán y una camiseta de Los Soprano. Si existen los estereotipos es por algo.


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