24/12/14

Diez cosas que me han molado de 2014

1. Comprarme una Xbox 360 tirada de precio y haber pasado tan buenos ratos con ella. En todos estos meses he jugado a un montón de juegos: toda la saga del Assassin's Creed, las trilogías Mass Effect, Bioshock y Dead Space, el brutal Alien Isolation, el Sombras de Mordor, por supuesto el GTA V... aunque al final me quedo con uno más bien modesto como el Brütal Legend. Porque los desarrolladores de un videojuego pueden currárselo en y gastarse millones en hacer el mejor producto de la historia, pero si no conecta contigo... malo. La "parte mala" de esto es que tener una buena consola con una disponibilidad de juegos que tiende a infinito es que no se disfruta tanto como antes, cuando sólo podías conseguir dos o tres al año, pero los exprimías a tope. Pero igualmente estoy encantado.

2. Haberme echado una novia, aunque fuera durante unas pocas semanas. Fue una chica encantadora en todo momento y siempre la llevaré en mi corazón. Gracias a ella aprendí un montón de cosas sobre mí mismo y espero que más pronto que tarde encuentre a alguien tan genial como yo.

3. El finde de las elecciones al parlamento europeo. Fue cuando conocí a la chica arriba mencionada, además de otras cosas que está feo publicar, y la guinda del pastel fue llegar a casa de madrugada, abrir el ordenador y ver el hostión que se habían dado PP y PSOE. Podrían haber aprovechado la circunstancia para reflexionar y pensar en lo que están haciendo mal, pero no lo han hecho y ahora ya no hay vuelta atrás. Su tiempo ha acabado. 

4. Interstellar. Para mí, la peli del año, lo cual lamentablemente no es mucho decir, pero igualmente fue muy épica.

5. Barcelona. Ya escribí sobre ello largo y tendido, pero vamos, no tengo inconveniente en repetir que me lo pasé muy bien, conocí a gente genial y fue un viaje inolvidable que no tendría inconveniente en repetir. El año que viene quizá no, pero ya estoy ahorrando para no perderme la Eurocon 2016.

6. El bolo de Scorpions en Madrid. Así fue como taché un punto más de la lista de cosas que hacer antes de morir. No tengo escrita tal lista, de hecho creo que poquísima gente lo tiene, pero cuando tacho algo sé que estaría en esa lista. Me lo pasé muy bien y disfruté del concierto, de la cola que tuvimos que hacer y de la fiesta por Argüelles posterior. Aunque igual me pasé un poco con las birras.

7. Haber subido a los Mártires este año, que llevaba dos o tres ediciones sin participar y ya lo echaba de menos. Mucha sidra, viejas glorias del instituto y risas. Pero, como muchas otras cosas, no es lo mismo. No es lo mismo que cuando subíamos grupos grandes cargando con cantidades ingentes de alcohol y nos pillábamos entre todos lo que sin duda era el mayor ciego de todo el año. Esos tiempos no volverán, y malo sería que volvieran, pero, aun así, siempre habrá alguna aventura que vivir. 

8. El mes que pasé de prácticas en la biblioteca. Aprendí un montón de cosas, como encontrar una aguja en un pajar, y tuve entre mis manos joyitas varias. Una pena que ya se haya acabado y de aquí a que salgan plazas de bibliotecario me pueda morir del asco. Ya tengo asumido que el sector público ni de coña y que es inútil seguir intentando tirar por ahí.

9. El especial navideño de Black Mirror. Hay quien dice que no es tan bueno como la primera tanda de episodios. Yo personalmente no estoy de acuerdo, pero aun así, paso de comparaciones. Fue muy bueno, y de las pocas cosas que me emocionaron este año. 

10. Que el Sporting vaya tan bien esta temporada. Único equipo invicto del fútbol profesional, segundos en la clasificación, y todo prácticamente con los chavales del filial. Creo que, paradójicamente, esto no hubiera sido posible con una gestión tan mala. Cuando no tienes pasta para fichar, la clave es tener una buena cantera y gente comprometida con el equipo, que sienta los colores, como se suele decir. Y eso no lo tiene todo el mundo.

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