30/9/13

He recibido un email perturbador

Acabo de pasarme por mi cuenta de Hotmail (ahora Outlook) antigua y, entre los cientos de correos de spam para alargar mi pene y cosas por el estilo, encontré un email que me envió una tal Cristina hace algo más de dos semanas. Esta chica me comentaba que en agosto de 2012 había conocido a un Luis en el Fat Club de Gijón, que ese Luis le había dicho que tenía una sonrisa y unos ojos muy bonitos a pesar de que sospechaba que sólo lo habría dicho para ligar (muchas tías piensan erróneamente que decir algo para ligar es sinónimo de decir una mentira y, aunque no lo piensen, es uno de esos argumentos que usan para ponerte a prueba en esas situaciones donde hay cierta tensión sexual, como el ya trilladísimo "sólo me quieres por el sexo"), y bueno, en definitiva, que quería volver a contactar con él. 

Tras constatar de que el Fat Club de Gijón no era un lugar de esparcimiento y ligoteo para gente con sobrepeso, le respondí sencillamente que no sabía de que le estaba hablando. Podría haber aprovechado para trollear un poco, decirle que me acuerdo de ella y, quién sabe, tal vez conseguir alguna foto suya. Pero no. Mis respetos. La chica seguramente acaba de tener algún tipo de desengaño amoroso y estaría tirando de agenda a tope para encontrar el clavo que saque a otro clavo, a un simple desahogo. Y bien por ella y por todo aquel que sea capaz de hacerlo. Yo no puedo surgir de la nada en la vida de otra persona con la que he perdido el contacto tiempo ha; sencillamente no me sale.  Como tantas cosas en la vida, me gustaría poder hacerlo para luego poder decidir voluntariamente no hacerlo.

Dicho esto, todavía queda un cabo suelto: ¿cómo llegaría mi antiguo correo a la agenda de esta chica? Lo primero que se me viene a la cabeza es que el Otro Luis no habría querido saber nada de ella y le habría dado un mail random, aunque me parece demasiada casualidad que eso hubiera ocurrido precisamente en Gijón. También es posible que se trate de una conocida (o conocido) marcándose el clásico "ay, me confundí" para conseguir lo que sea. La gente puede llegar a ser así de retorcida y más, pero en estos casos, o te retiras a tiempo, o emprendes una huida hacia delante hasta que caigas con todo el equipo, como en Catfish

P.D.: no lo he dicho antes pero, por si no fuera evidente, me ha parecido decepcionante que para una vez que alguien me escribe con ánimo de "tal" como una persona normal, incluso usando recursos tan típicos como el de la falsa vergüenza (me da un poco de corte hacer esto, etcétera), resulte que se haya confundido. ¡Rayos! ¡Rayos y centellas!

2 comentarios:

Opiniones incorrectas dijo...

Quería pillar contigo fijo y puso esa ejcusa.

Luis dijo...

Pues a ver a ver, aunque yo a la gente que hace esas cosas raras me la imagino como una gorda de 15 años.