Hustler, como todos los gigantes de la industria para adultos, las está pasando canutas para sobrevivir en un mundo en el que la gente cada vez está menos dispuesta a pagar por material pornográfico. Y ojo, que el problema no sólo es que la gente se baje las películas por la cara, sino que esa gente ya ni siquiera busca pelis. Lo que demanda el público son vídeos de un polvo que den para un par de pajas y que además estén protagonizados por gente normal, sin penes de 30 centímetros y sin diosas imposibles de pechos operados. Se busca el amateurismo, o al menos la apariencia de amateurismo. En ese sentido, lo que veníamos entendiendo hasta ahora por cine porno tiene sus días contados, y el boom de las pornoparodias que estamos viviendo en esta última década es su canto del cisne.
Bueno, pues aquí está la pornoparodia de Lady Gaga. Es una producción bastante modesta; apenas llega a los 80 minutos de metraje y basta echarle un vistazo a los créditos para saber que el equipo estaba compuesto de cuatro gatos: su director, Alex Brown (que tiene a sus espaldas una extensa filmografía de pornoparodias, por cierto), también es el cámara. Hay un técnico de iluminación, un fotógrafo, un par de editores y poco más, que ya es mucho en comparación con lo que tienen otros. La idea sencillamente es la de todas las pelis de este tipo: aprovecharse de algo con tirón mediático para hacer dinero fácil sin invertir demasiado.
La actriz que hace de Lady Gaga es Helly Mae, que hace una buena parodia (en el porno una buena parodia es sencillamente una actuación cutre pero divertida), aunque destaca principalmente por esos modelitos horteras que clavan a la original. Ojo a su primer peinado, adornado con latas de Pepsi censuradas malamente para que no se viera la marca. Impagable. También sale Rihanna Rimes haciendo de Beyoncé, Aubrey Addams pretendiendo sin éxito ser Madonna, un buen Scott Lyons como Larry King y Tee Reel como Kanye West, además de Raylene haciendo de mi amor platónico Sarah Palin y de Ron Jeremy interpretando a Ron Jeremy. Por favor, dejad de sacar a Ron Jeremy en vuestras películas. Está viejo y sólo quiere morir tranquilo. En Lady Gaga XXX lo único que tenía que hacer era un poco de sexo oral y dio más pena que otra cosa. Gracias a Jeremy ahora sé que no sólo se puede hacer mal una mamada, sino que también se puede recibir mal.
En fin. Teniendo en cuenta que la Gaga original es grotesca (más por el estilo que por el físico, que no está mal) pues la parodia de Gaga es igualmente grotesca, pero con un puntito gracioso. Si sois muy fans de esta mujer tal vez logréis encontrar algo en esta peli que os sirva para [inserte eufemismo aquí] un rato. O no. Yo no prometo nada.
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