9/5/13

Saint Seiya Omega: terceras impresiones

¿Os acordáis de los Caballeros de Acero? Eran caballeros sin cosmos, sin constelación protectora y portaban armaduras mecánicas. Una puta mierda, vamos. En el primer anime aparecieron tres: Sho del Escudo Celeste, Ushio del Escudo Acuático y Daichi del Escudo Terrestre. Lucharon contra los Caballeros de Plata durante un par de capítulos, y luego no se volvió a saber de ellos. Fueron personajes equivalentes a Poochie, el Perro Rockero, con la diferencia de que a Poochie se le dio una muerte digna, mientras que a los Caballeros del Acero simplemente se les mandó a tomar por saco. Y nadie les echó de menos. 

Pues bien: en Saint Seiya Omega vuelven a aparecer, esta vez con la excusa de que, tras la batalla contra Ares y Apsu (es una larga historia de la cual no quiero acordarme) el ejército de Atenea había quedado muy mermado y urgía la necesidad de reponer tropas, sobre todo teniendo en cuenta (bueno, en principio en el Santuario no lo sabían, así que reponían tropas urgentemente porque son de Corea del Norte) que pronto habían de enfrentarse a una nueva enemiga: la diosa Palas. Y vuelta a empezar. Nueva opening, nuevas armaduras, nuevos personajes, nuevas cosas porque pasan porque sí y giros sin sentido, etcétera. Y Caballeros del Acero producidos en serie, por supuesto.

Cincuenta y seis capítulos llevo ya al pie del cañón comentando lo cutre que es esta serie. Y a pesar de todo, pienso seguir viéndola. 





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