19/10/12

Stargate es Dios

Lo que me dediqué a hacer desde la primavera hasta la semana pasada fue básicamente ver las series de la saga Stargate. De hecho, si me preguntan dentro de muchos años qué fue lo que hice en 2012, diré que estuve viendo Stargate. También escribí y leí una tesina de licenciatura y un trabajo de fin de máster que suman doscientas y pico páginas y que están bastante bien, pero bueno, prefiero recordarlo por haber visto Stargate. Los trabajos de investigación te hacen un tipo interesante, intelectual, mientras que las series de ciencia-ficción te hacen un friki más bien tirando para asocial. Ambas cosas no son incompatibles, por supuesto, pero es preferible que te identifiquen como un friki jodido del tarro. Si te identifican como intelectual, la gente acaba llegando a la conclusión de que tienes algo que decir, y te hablan. Te mandan Whatsapps  por la noche y te preguntan qué tal estás, no porque quieran saberlo, sino porque quieren charlar, mantener una conversación sobre nada en concreto. El fatal "cuéntame algo" afortunadamente se abandona a los diecisiete años, pero su espíritu persiste en forma de eufemismos.




Pero a lo que vamos: me lo he pasado teta con todas y cada una de las series de Stargate. La mejor, claramente es SG-1. Empecé a verla junto con Battlestar Galactica cuando terminé la parte de "investigación" del TFM y me quedó un montón de tiempo disponible para el ocio. Las primeras temporadas rozan el género cutre por ser una serie demasiado ambiciosa para presupuesto, con muchos aliens que eran poco más que chavales en pijama y aburridas ambientaciones en bosques o desiertos. Además, el malvado goa'uld Apophis, parecía más una locaza homosexual que un cruel señor del sistema. Sin embargo, todo eso pudo tener éxito gracias a unos guiones que lograban generar interés desde la escena introductoria, que la mayoría de las veces te lograba dejar en estado de WTF, y sobre todo, a una deliciosa mezcla entre ciencia, arqueología y mitología. Porque, como sabéis, las pirámides egipcias son en realidad plataformas de aterrizaje extraterrestres. 
Lo más llamativo de SG-1 la evolución tan clara que se se percibe en todos los aspectos. En la temporada 1 sólo cuentan con un pequeño portal desde el que se lanzan hacia lo desconocido, mientras que en la temporada 10 son capaces de lograr auténticas virguerías con la red de stargates, disponen de bases y proyectos de investigación en otros planetas e incluso tienen las primeras naves de su propia flota estelar. Y la calidad de los capítulos siempre fue mejor. Lo normal es que una serie de estas características se empiece agotar hacia la quinta temporada, pero yo me quedé con ganas de más en cuanto terminé con la décima. Todas las novedades dieron buen resultado, especialmente el personaje de Vala Mal Doran y la nueva trama de los Ori, que surgió cuando los goa'uld dejaron de ser una amenaza importante (aunque la presencia de Ba'al en la galaxia siempre fue temible). Tanto la trama de los goa'uld como la de Origen tuvieron su punto y final después de terminar la serie, con dos buenas películas (Continuum y El arca de la verdad, respectivamente) que te dejan esa sensación agridulce cuando algo acaba bien, pero podría no haber acabado nunca.


Al menos podía seguir viendo Stargate Atlantis, la serie que se desarrolló de forma paralela a SG-1 a partir de la octava temporada y que nos cuenta las aventuras de la expedición de los humanos en Atlantis, una ciudad construida por los Antiguos en la galaxia Pegaso. La nueva serie está mucho más cuidada en lo que se refiere a la ambientación, y los capítulos tienen todos los elementos que hicieron grande a su predecesora, aunque a los personajes les faltaba el carisma que tenían los de SG-1. John Sheppard, siendo el típico guaperas, nunca estuvo a la altura de Jack O'Neill, que sencillamente era McGyver. Además los principales malos de Pegaso, los temibles Wraith, nunca llegaron a molar tanto como los goa'uld, y los argumentos que aporta la serie para explicar su gran poder siempre me parecieron insuficientes. No obstante, el balance final de la serie sigue siendo bueno, en buena medida gracias al genial (pero desquiciante) doctor Rodney McKay y a su química con Ronon Dex, al que sin duda conoceréis mejor por el nombre de Khal Drogo.


Finalmente está Stargate Universe, que sólo duró dos temporadas porque fue cancelada. Le debo un puñetazo en la nuca al que tomó tal decisión. Universe está ambientada en la Destino, una astronave no tripulada que se dirige hacia lo desconocido y al que un grupo de humanos llega por accidente a través del Stargate. La serie no se parece en nada a las dos anteriores: es mucho más oscura y hace hincapié el aspecto psicológico de los personajes, enfatizando muy bien esa sensación mezcla de incertidumbre y soledad que tienes cuando no sabes donde estás ni a donde vas.

El inicio de Universe es un poco flojo porque se centra demasiado en las relaciones entre los personajes, en el choque de liderazgos, traiciones, etcétera, por lo que acaba pareciendo la nave de Gran Hermano. Pero la serie mejora mucho cuando se descubre el objetivo del viaje de la Destino: descubrir en la radiación de fondo de microondas un mensaje oculto que demostraría la existencia de una inteligencia anterior al universo, lo que podría ser Dios o podría ser otra cosa. Desafortunadamente, nos quedaremos con la intriga.

En resumen: agujeros de gusano, civilizaciones alienígenas, tecnologías imposibles, viajes en el tiempo, agujeros negros, batallas espaciales, dimensiones paralelas, bucles temporales, charlatanes que se hacen pasar por dioses... de todo. Hay que verla varias veces.

3 comentarios:

Jadeth dijo...

Ains, Stargate, una de mis series favoritas... aún recuerdo cuando vi la primera película en 1994 y pensé: qué gran serie se podría hacer con esto!

Luis dijo...

Jajaj pues yo no me enteré de que existía hasta el año pasado, así que me pegué un buen atracón. Fue una gran serie, contra todo pronóstico.

Jadeth dijo...

ajajajaja pues sí que fue un gran banquete, OMG! :O