5/9/12

Sexo para dummies

 Los libros Para dummies han aparecido hace no mucho en el mercado español, abriéndose un huequecito en todas las librerías, aunque todavía estamos a años luz del mundo anglosajón, donde hay tal cantidad de títulos que algunos rozan lo enfermizo, como el de Migraña para dummies, Controlar la ira para dummies o Comprar una propiedad en Europa del Este para dummies. En general están bastante bien para iniciarte en un tema del que sabes muy poco o nada, así que estoy aprovechando mi nuevo y flamante ebook para leer Dating for dummies y Sexo para dummies,  ya que son temas en los que ando bastante pez.

El de Sexo para dummies tiene la peculiaridad de que viene firmado por Ruth Westheimer, una conocida sexóloga que es judía practicante. Es importante saberlo porque los judíos pueden llegar a ser más talibanes que los talibanes, como esos rabinos que se dedican a bendecir los misiles antes con los que el ejército israelí se dedica a escabechinar a sus vecinos. El caso de la doctora Ruth no llega a tanto, pero sí se deja ver en ciertos comentarios muy chapados a la antigua, como que el mejor anticonceptivo es la abstinencia (pues escribe Abstinencia para dummies, no te jode...) o que siempre es preferible mezclar sexo con amor, además de tener esa visión heteronormativa rancia de que la relación entre un hombre y una mujer culmina en el matrimonio. También dice que en determinados supuestos una mujer puede ser corresponsable de una violación, pero por lo demás, es bastante progre. 

Se trata de un libro traducido tal cual del inglés original, al menos la edición que yo tengo. Nadie se ha preocupado por el hecho de que recomienda tiendas y productos que son de Estados Unidos, o que pone números de teléfono que aquí son imposibles de marcar. Ni siquiera tiene una miserable nota a pie de página para explicar rasgos culturales que a los de otros países nos pueden resultar extraños. En ese sentido, hoy he aprendido cómo funciona la jerga del béisbol aplicada al sexo: cuando le pasas el brazo sobre los hombros a la chica es primera base; cuando logras alcanzar un pecho, te plantas en segunda base; la tercera base es todo lo demás que no es penetración, y la penetración es el home. Ahora que ya lo sabemos, habrá que utilizarlo más a menudo. 

Con sus virtudes y sus defectos, se trata de un libro muy necesario en un país donde es más habitual ver a políticos dimitiendo cuando les pillan masturbándose que cuando les pillan robando. ¡Por favor, más sexo y menos dummies!

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