12/7/12

Los antidisturbios

Si le preguntas a cualquier poli por el ímpetu que tienen algunos a la hora de disolver manifas, te responderá que ellos son profesionales, que su misión es mantener el orden y que para eso les pagan, y que consideraciones de tipo moral no tienen cabida. Vamos, que tienen que comportarse como si fueran máquinas: recibir órdenes y ejecutarlas sin pensar. En eso consiste ser profesional. Por eso, mientras que otros polis muestran su descontento o defienden sus condiciones laborales por la vía, por ejemplo, de poner menos multas, los antidisturbios demuestran su profesionalidad pegando más fuerte que nunca el mismo día que les suben los impuestos y les quitan una paga extra.

El argumento de que "para eso me pagan" lo utilizan ellos, no yo. A mí de hecho me parece una excusa barata. Yo les veo cargados de odio y a veces incluso tengo la sensación de que sienten placer zurrándole a la gente y echando a familias a la calle, y esa sensación sería una certeza si no fuese tan optimista.Si son tan profesionales como dicen ser, entonces sabrían controlar el uso de la fuerza, porque al fin y al cabo se entrenan todos los días para ello y tienen un reglamento que les dice cómo hay que comportarse en estos casos. Pero para eso ya no son profesionales; ahí son seres humanos que tienen sus sentimientos y por tanto tienen todo el derecho del mundo a cargar como si fuesen berserkers.

Por cierto, cuando alguien engaña a la gente para que le voten y una vez en el poder se pone a hacer sistemáticamente lo contrario de lo prometido para favorecer intereses privados y extranjeros, pegar palos no es mantener el orden: es proteger al régimen.

2 comentarios:

Laura dijo...

¡Ole y ole! Totalmente de acuerdo.
Un saludo.

Leralion dijo...

Tal cual.