La corona británica es un peligro. En Estados Unidos creen que las armas son útiles porque sirven para mantener alejado al monarca inglés de turno, y como consecuencia tienen una poblacion armada hasta los dientes que no trae más que desgracias. Estos días estoy siguiendo el Diamond Jubilee de Isabel II, vía canal internacional de la CNN, porque me han denegado la beca de idiomas y como consecuencia tengo que hacer cosas así de ridículas para ver si le pillo el truco al idioma de una vez. La reina de Inglaterra lleva sesenta años ahí arriba y decir que se hace culto a la personalidad es quedarse corto. La gran diferencia con lo que se hace en Corea del Norte es que los coreanos tienen que hacer el paripé para demostrar que son fieles a la Revolución, mientras que el problema de los ingleses es simplemente que son un poco borreguillos.
Esta mañana en la CNN he visto presentadores luciendo su más brillante sonrisa, misas, desfiles, gente con banderitas de UK y, lo más vomitivo de todo, niños explicando por qué la reina es tan molona. Otros jefes de Estado han sido acusado de dictadores por mucho menos. Cierto es que Isabel II no caza elefantes, no es una putera, no tiene chanchullos con ladrones, pero eso no justifica todo ese derroche de medios en defensa de una institución que ya está para poner en el trastero de la Historia, sobre todo cuando cualquier día la población de los barrios pobres puede montar una rebelión y ponerlo todo patas arriba.
Afortunadamente, viendo todo el circo que viene en la línea de sucesión, la casa de Windsor no tiene pinta de que vaya a prosperar. Por todo eso y por muchas cosas más, yo digo NO al Reino Unido y a votar SÍ en el referéndum por la independencia de Escocia.
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