28/5/12

Cómo deshacerse de una tele

Los que vivís en un núcleo urbano con todas las características típicas de las ciudades pero con el monte a dos pasos sabéis de sobra que por algunas zonas salvajes la cantidad de basura que hay es bastante lamentable. A veces incluso se acumula en lo que la prensa llama vertederos clandestinos, aunque yo creo que es una denominación demasiando amable para un lugar donde la gente echa su mierda porque ven mierda acumulada de antes.

Uno de los fenómenos más curiosos que se pueden ver son esas viejas carreteras montunas en cuyos laterales aparece cada X kilómetros una tele abandonada. Llama la atención porque en muchos aspectos la vida de un televisor con dueños cerdos coincide con la de un perro con dueños cerdos; desde la ilusión con la que se recibe en casa hasta el deshonor con el que se abandona en una cuneta. Y por medio, mil anécdotas entrañables. Tirar la tele por el monte queda feo, es feo y está feo. No tiene parte positiva.

El caso es que a mi vieja tele le llegó la hora de su jubilación. Ojalá me hubiera acordado de sacarle una foto para que pudieseis ver lo lamentable que es conservar un cacharro así en pleno siglo XXI. Era tan enorme que si no llego a estar curtido en mil partidas de Tetris nunca hubiera conseguido ponerla en el maletero del coche para llevarla a un polígono y colocarla entre otros desperdicios televisivos. Eso lo hice ayer, y hoy ya había desaparecido. El resto de chatarra seguía allí, pero mi tele se la había llevado alguien. El proceso fue una mezcla entre ponerle una cadena a la cama elástica para que te la robe Snake y dejar el 20 Minutos en el asiento del bus para que lo lea el que llegue detrás.No es tan ecológico como ir a un punto limpio, pero es más divertido y sabes que estás ayudando a alguien que lo necesita. En mi caso, a algún gitanillo residente en el Lerele.

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