Los Vengadores

La nueva película de Marvel está teniendo una buena crítica, una excelente puntación en Filmaffinity (que para estas cosas suele ser fiable) y está haciendo que la gente vaya al cine en masa, cosa nada fácil en los tiempos que corren. De hecho, cuando yo fui había una acomodadora, cosa que no veía desde el siglo XX. Ante este panorama, el que no ha visto Los Vengadores ya se habrá hecho la siguiente pregunta: ¿es para tanto?

Pues bien: no sólo no es para tanto, sino que además no vale lo que cuesta la entrada. Si la hubiese pagado, hubiera pensado en pedir que me devolviesen mi dinero y mi tiempo. No aporta nada nuevo, el argumento y el guión son muy de serie B, el malo parece sacado de los Power Rangers y en general todo es un remix de pelis anteriores, que se basan en una fuerte inversión en efectos especiales y publicidad para ganar dinero fácil a corto plazo, aprovechándose de que está chupao impresionar al populacho. A mí personalmetne me gusta explicarlo con la paradoja que es gastarse ciento y pico millones de dólares para hacer una película de bajo presupuesto.

Se salvan los chascarrillos de Robert Downey Jr. y la discreta presencia de Robin Scherbatsky, que al parecer dejó el periodismo para trabajar en una especie de portaaviones volador (sin comentarios). Todo lo demás son casi dos horas y media de truño cuyo mejor momento es cuando por fin termina y te levantas para salir de la sala. 

¡Ni se os ocurra verla!