En el ensanche de Mieres están construyendo algunos bloques de viviendas negros. Tengo entendido que uno de ellos ganó no sé qué premio nacional de arquitectura, pero es bastante feo, por la noche da un ambiente siniestro que sólo te gustará si te va el rollo expresionista alemán y además no tiene pinta de ser un sitio cómodo para vivir, al menos visto desde fuera. Son edificios negros, como decía, no porque esté hecho con un material determinado, sino que son edificios de ladrillo recubiertos con una chapa corrugada que cualquier día en el que haya un vendaval fuerte sale volando y provoca una desgracia.
Otro edificio negro es el nuevo del Instituto Tecnológico de Tokio, que está recubierto de paneles solares, combinando perfectamente funcionalidad y diseño a la vez que aporta ahorro energético y protección a la Madre Tierra. Mires por donde lo mires, es un símbolo del camino que hay que tomar para salir de la crisis. Además, aquí en un futuro podría ahorrarnos los momentos vegonzosos de no comprar petróleo a Irán porque es una dictadura y luego ir a llorar a Kuwait para que nos venda.
Además, el negro está de moda. ¿Os acordáis de esos ordenadores blancos que amarilleaban con el paso del tiempo y daban tanto asco? Pues eso.
2 comentarios:
En Santander construyeron tres torres negras con fondos del Campus de Excelencia para albergar una escuela de doctorado (vaya usted a saber...) y no sé qué más. Y sí, son horribles.
Bueno y qué cojones, el garito de investigación que pusieron delante de mi casa es de la misma guisa. Pero ese ya tiene un diseño menos feo.
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