Emprender

Acabo de llegar de una conferencia, impartida por José Manuel Pérez Díaz, que llevaba por título Emprender desde las Humanidades es posible. El 99% de los de letras no es que rechacemos emprender; es que ni si quiera se nos pasa por la cabeza. La opción A es dedicarse a la enseñanza, la opción B es hacer oposiciones a cualquier otra cosa, y la opción C es ir trepando por la universidad a base de becas con la esperanza de un futuro digno y estable. Las tres opciones están en proceso de convertirse en un viaje a ninguna parte, si es que no lo son ya, así que lo que se impone es probar otras cosas, salirse de la autopista e inventarse un traductor de bebés, o quizá algo mejor.

Pérez Díaz nos contó algunas cosas interesantes: que no es lo mismo emprender que montar una empresa, que es necesario sacar a la luz y poner en valor ese currículum oculto que muchos desconocemos y que en muchas ocasiones se aprecia más que un millón de méritos académicos, que no hay que traumatizarse (todo lo contrario) por trabajar de algo que no se corresponde con tu formación, y un montón de cosas más que ya sabemos todos. El primer problema que hay que superar es que no basta con saber: también hay que comprender, en el sentido más amplio del término. 

Ojo, esto no debe suponer una vuelta al discurso oligárquico de que el que no tiene trabajo es porque no se ha puesto las pilas, o que la gente que está en las manifestaciones debería estar dedicándose a buscar curro. Una cosa no quita a la otra, y si el problema fuese tan sencillo ya estaría todo solucionado.