22/9/11

Kukutza

Siempre que la poli desaloja un CSOA tienen que salir los típicos payasos aplaudiendo con las orejas porque eso es una propiedad privada y el propietaro tiene derecho a patatín y patatán. No es que no tengan razón (aunque podría discutirse), sino que se quedan en lo superficial del asunto, en lo inmediato, en el espectáculo peliculero del informar y entretener donde lo segundo ha terminado por imponerse a lo primero.

Y como se presenta todo en términos de batalla policía versus perroflautas, no se comenta el apoyo masivo del vecindario. Ello implicaría entrar en la cuestión de fondo, que es la carencia de determinados servicos y/o de oferta cultural que suelen tener los barrios periféricos de las ciudades (en este caso Bilbo, pero podría ser cualquier otra), dejados de la mano del ayuntamiento. Lo que hacen los perroflautas es ponerle algo de dinamismo y colorido al barrio aprovechando una fábrica abandonada que, de otra manera, se convertiría en un foco de insalubridad lleno de jeringas de yonquis y condones usados. Y gratis.

Pero siempre acaba apareciendo el propietario a reivindicar su edificio para especular con los terrenos. Tiene derecho, eso nadie lo niega. El problema es que la cosa pública no se pone de parte de quien tiene que ponerse, que son los vecinos. Seguro que se hubiera podido llegar a un acuerdo de buen rollo. Pero se ha ido a lo fácil y rápido. Como siempre. Por eso hay que leer el editorial del Gara de hoy. Kukutza aurrera!

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