Sí, un libro sobre la revolución francesa que ya circula en internet, aunque de momento no he tenido el placer de descargármelo. Ni el placer ni las ganas; ya aburre y jode el mero hecho de tenerlo guardado en el disco duro. Ocupa espacio. Estos libros suelen ser refritos de otros trabajos aderezados con alguna que otra interpretación personal con ánimo de crear un poco de polémica y vender más. Eso en el mejor de los casos. A veces lo que se hace es simplemente recuperar una visión obsoleta de la historia y seleccionar las fuentes para que el relato cuadre, como es el caso de Pío Moa y César Vidal, que retoman la historiografía franquista y la dan por buena aduciendo que una vez Azaña dijo no sé qué.
Hay textos que valen más por el autor que por el texto. Las columnas de Luna Miguel en Público, por ejemplo, son una mierda, pero las leo porque la autora está buena, o mejor dicho, porque me la tiraría. Con Pedro J. pasa algo parecido: hay una serie de gente que se lo quiere tirar (yo no) y van a leer cualquier chorrada que escriba. Con una diferencia: yo estoy casi seguro de que lo que escribe Luna Miguel lo escribe realmente Luna Miguel. Pero los libros de Pedro J. puede haberlos escrito Pedro J., pero también puede haberlos escrito un grupo de negros o un equipo de monos encadenados a una máquina de escribir. Eso nunca lo sabremos, salvo que en algún momento del libro se hable de una época mayorzosa.
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