6/11/17

Una revelación

Ayer he recuperado una costumbre tan sana como salir a la calle, subirme al coche, ir a un lugar random (no muy lejano, claro) y dar un paseo, sacar algunas fotos, etc. Me gusta sentir el aire frío en mi cara, especialmente cuando está tan frío que parece que corta. Es un gusto raro, pero ahí está. 

Es curioso, me he dado cuenta de que si estoy todo el día en casa acabo con la sensación de no haber hecho nada, aunque me haya pasado el día delante del ordenador haciendo cosas productivas. Por otra parte, si salgo a la calle y me quedo mirando el paisaje absorto en mis pensamientos, tendré la sensación de que ese día he hecho cosas. Acabo de ver la luz ahora mientras escribo.


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