29/10/17

Aaaaah el cambio de hora

Me enteré de que cambiábamos al horario de invierno poco antes de irme a la cama en la noche de ayer. Normalmente me pilla de fiesta, así que a las tres puedo retrasar el reloj analógico hacia las dos, después de haber hecho el cambio pertinente en los que tengo en casa. Típicas bromas de volver al pasado, etcétera. Pero bueno, esta vez el cambio me pilló durmiendo.

Me desperté y vi que eran las cinco y pico de la mañana, casi las seis. Así que me levanté y me puse a desayunar hasta que... oh wait, algo me hizo clic en la cabeza y me di cuenta de que en realidad ni siquiera eran las cinco porque no había retrasado la hora. Me pasa con cierta regularidad que en determinado momento de la noche me despierto y me voy a hacer el desayuno sin mirar ni siquiera qué hora es, lo cual da lugar a un comportamiento que desde fuera parece un poco de loco.

Ahora algunos medios de comunicación vuelven a sacar el tema, esta vez debajo de mil titulares sobre Cataluña con tamaño de fuente 200, de por qué el cambio de hora y de si realmente es necesario.  No voy a entrar en ello porque no puedo decir nada que se ha hecho ya mil veces, pero en los últimos años vengo observando que se alzan cada vez más voces críticas con el tema de la hora, e incluso ya ha llegado a plantearse la cuestión en la política. Pues oye, si me ahorra momentos como el de esta noche, a mí me parece estupendo.

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