1/4/17

La superioridad moral

Algo que me resulta muy molesto de la gente es cuando hacen gala de su superioridad moral. Es esa sensación de que oyes a alguien hablar, o lees a alguien por internet, y te dan ganas de darle un capón, por listillo. 

Sobre todo esas personas que se definen más por lo que no hacen que por lo que hacen, por lo que no les gusta que por lo que les gusta. El ejemplo más conocido por todos es el de la gente que declara que no necesita consumir alcohol para divertirse. Me parece bien que no necesiten alcohol para divertirse (tampoco yo), pero esa frase siempre viene con un tono de: yo no, tú sí, ergo soy mejor. 

Es un comportamiento muy típico y, aunque hablo en tercera persona, me incluyo. Paremos. Pensemos un poco antes de hablar, antes de postear una nueva gracieta sobre lo malo que es el reggaetón y su audiencia para farmear un puñado de likes en las redes sociales. No determinemos quien somos en contraposición a los demás. Observemos, no juzguemos.

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