27/5/15

Juan Ángel Laguna - Adraga: tras el día del sol negro

Estamos acostumbrados a que la literatura de fantasía transcurra en mundos imaginarios, llámense Tierra Media, Poniente, Fantasía o lo que sea. No es tan frecuente, sin embargo, que las historias fantásticas acontezcan en un escenario histórico como la Europa medieval, principalmente porque es algo que tiende a encorsetar la imaginación de los autores (y además, estoy seguro de que lo que más mola es inventarse el mundo y dibujar su mapa). Pues bien, Juan Ángel Laguna consigue ambientar un relato fantástico, con magia y todas esas cosas, en la edad media europea. ¿Cómo? Con el Apocalipsis del año mil.

Efectivamente, a finales del primer milenio reinaba en todo el continente una paranoia considerable con que en el año mil iba a llegar el fin del mundo: la gente veía por todos lados señales de que algo malo iba a suceder, etc., lo típico que aún pasa ahora con los frikis de Cuarto Milenio. Finalmente no paso nada, y tras este no-Apocalipsis hubo en la cristiandad una renovación espiritual que afectó a la sociedad a todos los niveles: se reconstruyeron monasterios, se empezaron a hacer cruzadas y demás caso que no vienen al caso porque estamos hablando del libro de Juan Ángel y en el libro de Juan Ángel sí hay un apocalipsis, bastante espectacular dicho sea de paso, que no llega a acabar con el mundo pero sí lo deja hecho un Cristo (jeje).

Por tanto, Adraga: tras el día del Sol Negro. Es una novela ambientada en una edad media postapocalíptica, en una cuenca mediterránea cuya geografía ha sido sustancialmente modificada por cataclismos varios y con nuevas ciudades creadas con los restos de las antiguas. Los protagonistas son aguerridos cruzados (y cruzadas, ojo) que recorren el mundo matando a los servidores del diablo, que vienen a ser humanoides feos, básicamente, y a medida que avanzan van descubriendo que el futuro está bastante más jodido de lo que pensaban. En fin, esto es lo que puedo decir sin hacer spoilers. La edición recoge los dos primeros libros: el primero es quizá demasiado lineal y hasta los últimos capítulos da la impresión de no ir hacia ninguna parte, pero el segundo mejora a todos los niveles. Igual hay un tercero, pero vete tú a saber, lo mismo sale antes el nuevo de Canción de Hielo y Fuego.

Adraga es un libro que, aunque bien escrito, no aprovecha todo su potencial. Una obra ambientada en una Europa medieval postapocalíptica da todo un mundo de posibilidades para imaginarse cómo sería la sociedad del siglo XI a todos los niveles: ¿cómo vive el campesinado? ¿Y la nobleza? ¿Hasta dónde llega el poder eclesiástico? ¿Qué cambios sufrió la arquitectura, el arte, la teología...? Hubiera sido un placer leer algo de historia-ficción al respecto para poder meterse en el libro y revolcarse en él como un cerdo en el barro. Al final acaba siendo una obra del montón, sólo para fans del género, cuando podría haber supuesto algo gordo en el panorama literario español.

Dicho esto, os invito a que paséis por el portal web que lleva el autor desde hace unos cuantos años. Es buena gente.

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