Anoche vi 50 sombras de Grey. No la tenía prevista para este finde, pero vi que ya se podía bajar en una calidad mínimamente aceptable dije: ah, pues para ver antes de ir al sobre ni tan mal. Y la vi. Y me pareció entretenida, más por motivos sociológicos que cinematográficos en sí, que en ese sentido es más bien mala, aunque no tanto como afirma la gente que por lo general no la ha visto. Los actores son buenos pero están mal dirigidos, Grey llega de hacer deporte sin sudar ni despeinarse, etc. Pero bueno, esa no es la cuestión.
La cuestión es mi adicción a ver películas a granel. Entre semana no tengo tiempo de verlas, pero me las voy bajando y cuando llega el viernes descubro que tengo un montón de "pelis para el finde" ahí acumuladas. A veces me da tiempo a verlas todas, a veces no. Pero la cosa fundamental es esa incómoda sensación de "tengo que". El viernes por la noche tengo que ver tal y cual, el sábado esto, el domingo esto otro. Parece que vivo para ello. Y a veces es así, porque últimamente me saco unos eurillos haciendo de redactor para ayudar a que páginas web mejoren su posicionamiento en buscadores (SEO para los amigos) y me encargan comentar alguna peli que por lo general no he visto, lo que supone que me la tengo que descargar y verla prácticamente al momento porque los plazos son los plazos. Que está bien, por ejemplo así descubrí una película infravalorada como la última sobre Pablo Escobar, pero se me queda esa sensación de oh Dios qué estoy haciendo con mi vida.
Total, que llevo desde principios de año proponiéndome ver como mucho dos pelis a la semana, y por lo menos veo cuatro. Esta promiscuidad me mata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario