22/2/14

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La gente que considera que enamorarse por internet es algo de frikazos suele argumentar que el amor requiere al menos cierta interacción presencial, y que si esta no se da, entonces no es amor, sino otra cosa (no se sabe muy bien qué). "Pero cómo te vas a enamorar de un nick", "no sabes quién es realmente la persona que está al otro lado", etcétera.

Bueno, pues Spike Jonze lleva este tema un poquito más allá y hace que el ex-emperador romano Cómodo se enamore ya no de una persona que está al otro lado del ordenador, sino del ordenador en sí. De hecho, la máquina está dotada de una personalidad tan atractiva y una risa tan dulce que incluso he estado a punto de enamorarme yo, quién sabe, en la vida real quizá hubiese caído, o al menos habría tenido que desinstalar el programa para evitar la depresión de que mi PC no sea una mujer tangible, con sus pechotes y tal.

Y llegaría el típico waterparties a decir que menudo frikazo, que sólo es un montón de circuitos. Pero entonces es cuando le contestas: ah, y tu puta madre sólo es un montón de neuronas y eso no impidió que nacieras. Esa es la cuestión, al fin y al cabo. Por desgracia, la tecnología de los ordenadores que hablan todavía no ha avanzado mucho desde el Dr. Abuse, así que tendremos que seguir dependiendo de aburridos seres humanos para encontrar el amor.

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