11/10/13

La siesta

Ayer después de la comida me tumbé en el sofá a leer un poco, como siempre. Y, como siempre, fui quedándome adormilado (que no dormido) poco a poco, porque yo soy de esos que se acuestan tarde y luego madrugan. Entonces empecé a soñar (¿soñar?) con ella, y durante unos minutos sentí que todo era perfecto. Luego sonó el móvil y me devolvió a la realidad, donde estaba solo en mi habitación con un libro abierto en la cara. Un libro malo, para más inri.

Y eso, que hacía tiempo que no me pasaba y me pareció curioso. Es de esas cosas que molan y no molan.

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