2/9/13

Sandro Rey: ¡videncia extrema!

Últimamente me he aficionado el teletimo de videncia de Sandro Rey, que ponen en laSexta en horario de madrugada. Ya lo conocía por sus gafas radiónicas y por el viral del troll que había llamado porque su hermana estaba enamorada del enano de Juego de tronos, pero hasta hace poco nunca lo había visto "a propósito". Todo surgió a raíz de un domingo de resaca épica en el que me tiré durmiendo-agonizando prácticamente todo el día; por la noche no pude dormir y a partir de ahí se desencadenó un efecto dominó que seguramente todos conocéis ya. Bueno, el caso es que es un show que a mí me resulta jodidamente interesante por cuatro motivos, a saber:

1) Siempre me fascinó el tema de la lectura en frío. Realmente en la mayoría de las veces Sandro no tiene que leer nada; dice cosas random basadas en el perfil de la persona que llama, que suele ser siempre el mismo, y acierta más o menos el cincuenta por ciento de las veces. Por mucho que nos moleste, a grandes rasgos todos somos "uno de esos que..." y se nos puede coger el tranquillo fácilmente, lo cual es bueno cuando hay gente buena y es una putada cuando nos quieren vender la moto. Teniendo en cuenta que ahora que internet puede llegar a saber más de nosotros que nosotros mismos, lo más importante para protegerse del exterior es tener bien claro quiénes somos y cuál es nuestra circunstancia.

2) La verdad es que es un descojone por todo el rollo místico que se gastan: figuritas de dioses aleatorios, música new age, algo parecido a fractales en movimiento y, sobre todo, el personajillo que es Sandro Rey, con su estilo único para decir "¡bendiciones!" a modo de despedida. Todos esos engañabobos del alma y los chakras que están tan de moda entre nuestros desnortados conciudadanos de Occidente están ahí, pero en cutre. En muy cutre. No entiendo cómo es posible que la gente pique, con todos los programas astrológicos "serios" que hay.

3) Por otra parte, me da mucha pena la gente que llama. Muchos sencillamente son subnormales y ya está, pero también veo a gente que llama destrozada por el motivo que sea, que necesita ayuda de verdad y que sólo obtiene tonterías muy caras. Me dio mucha rabia el otro día cuando a una señora que estaba muy mal le dieron con el teléfono en las narices después de tomarle el pelo, y aún dio tiempo a que se oyera un pequeño gemido de desesperación antes de cortar la línea. Ojalá metan en la cárcel al tío y a todos los responsables de este programa.

4) Lo que más me gusta ver es la jeta que tiene Sandro Rey. Tiene la misma cara de pokér cuando lo está acertando todo que cuando lo está fallando todo. Cuando le pillan se muestra impasible, cortan el teléfono y aquí no ha pasado nada. Ningún titubeo, ninguna salida de tono: es como si se creyese sus propias mentiras. Me gustaría ser así. No creo que para lograr alguno de tus propósitos vitales sea necesario mentir o engañar al personal, pero sí es imprescindible tener esa seguridad, esa poca vergüenza y ese espíritu de "me la suda lo que penséis" que Sandro tiene y que yo quiero. O eso, o esperar un golpe de suerte. Pero, en mi caso, la suerte no suele estar de mi parte. 

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