31/3/13

La nueva chorrada que regala Babybel



A ver, hay marcas y hay marcas. Si vas por ahí con una camiseta de Nike es porque quieres que la gente perciba en ti los valores que la compañía enseña en sus campañas publicitarias, y aceptas de buena pagar por lucir su marca, a pesar de que debería ser al revés. Y luego está el caso de Babybel, que te regala cosas  para que (en teoría) te conviertas en el rey del recreo, pero que ningún niño en su sano juicio se atrevería a llevar al cole porque se expondría a estar llevando collejas hasta el día del Juicio Final. Esto lleva siendo toda la vida, pero creo que con su última ocurrencia se han superado a sí mismos.

Ahora están regalando un juego que fue un clásico de todo aquel que haya tenido infancia, pero en una versión de plástico malo, mucho menos manejable que el papel y peor en todos los sentidos. El genio al que se le ocurrió esto seguramente argumentaría que así los críos se ahorran el proceso de papiroflexia y pueden ponerse a jugar directamente, ignorando por completo que diseñar el juego es también parte del juego. De hecho, la parte de escribir lo que saldría al levantar la "tapa" podía molar incluso más que el juego en sí.  Aquello era un brainstorming en el que salía todo tipo de barbaridades impropias de niños de diez años, pero Babybel considera que todo eso está obsoleto y prefiere darnos algunas sugerencias en forma de pegatina para que no tengamos que pensar. Lo peor de esas sugerencias, además del mero hecho de existir, es que parecen redactadas por Ned Flanders, y os voy a poner algunos ejemplos:
  • Di tu nombre al revés
  • Busca tres cosas rojas en un minuto.
  • Da cinco pasos con los ojos cerrados y reconoce al niño/a que tienes delante.
  • Invéntate una canción con la palabra QUESO (venga, no me jodas).
Además yo no recuerdo haber jugado con pruebas. Era más bien una forma de decir quién te gustaba o simplemente que tu aliento olía a pis... cosas así. En cualquier caso, fue un juego que nunca me gustó demasiado: ni sabía doblar el papel, ni sabía manejarlo con la soltura requerida. Gracias a la marca más mítica del Grupo Bel, ahora me gusta menos aún. 

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