3/3/13

Bernardo Stamateas - Gente tóxica

A veces sucede que hay libros cuyo contenido es basura, pero que son interesantes por la popularidad que llegan a alcanzar. Ver que Gente toxica, del charlatán argentino Bernardo Stamateas, ya supera la vigésima edición y sigue ocupando un lugar importante en los sitios donde venden libros (que no necesariamente librerías), sirve para darnos cuenta de que en esta sociedad hay mucha gente que se encuentra anímicamente muy jodida y siente la necesidad de echar la culpa de su situación a los demás. Yo personalmente creo que echar mierda sobre otros, con razón o sin ella, no te ayuda en nada, e incluso podría hacerte sentir peor, pero si aun así decides gastarte tu dinero en un manual para aprender a hacerlo, allá tú. Sobra decir que yo lo he leído de gratis, aunque si me encontrase con el autor tendría que robarle la cartera para compensar el tiempo que me ha hecho perder. Como no creo que eso suceda, espero que este post al menos sirva para evitar que alguien compre el libro. Si logro este modesto objetivo, el sacrificio habrá merecido la pena.

Porque realmente este libro huele a uno de esos timos sudamericanos que increíblemente la gente se cree, como el Método Milagroso del Doctor Oswaldo para Corregir tu Fimosis sin Circuncisión (y al lado la foto de un sonriente señor con bata blanca). Fimosis al margen, lo primero de lo que te das cuenta cuando empiezas a leer Gente tóxica es que tiene todos los trucos míticos que usas en la uni cuando te toca hacer un trabajo y no tienes mucho que decir: párrafos cortos, largas enumeraciones, tautologías y citas, sobre todo muchas citas, la mayoría de las cuales no sólo son prescindibles, sino que además se ve claramente que son un copia-pega de la primera página web de proverbios y aforismos que aparece en Google. Además, todo el libro está impregnado de retórica barata: las frases del tipo "lucha por tus sueños" y "te mereces ser feliz" son tan recurrentes que dan para hacer un juego de beber.

Los diferentes capítulos se corresponden con los tipos de gente tóxica que Stamateas identifica, a saber: el mete-culpas, el envidioso, el descalificador, el agresivo verbal, el falso, el psicópata, el mediocre, el chismoso, el autoritario, el neurótico, el manipulador, el orgulloso y el quejoso.  No voy a entrar a analizar cada uno de los capítulos porque acabaría siendo tan redundante como el autor, pero en general puede decirse que la gente tóxica se caracteriza por ser gente que te quiere destruir para tener control sobre tus emociones y así impedir que tus sueños se hagan realidad. Para ello, se infiltran en tu mundo con una máscara de colega para que cojas confianza, y  en cuanto te das la vuelta, ¡zasca! Todo obedece a plan elaborado por una mente retorcida que busca exclusivamente joderte a ti, que por supuesto eres el centro del mundo. No estoy exagerando nada, aunque lo parezca. Por ejemplo, el autor caracteriza a los descalificadores como personas malvadas, incapaces de sentir amor, y del psicópata dice que es gente "sin capacidad de autocontrol" y a la vez "calmo en situaciones extremas" (¿?).

Stamateas incluye, también, consejos para lidiar con la gente tóxica, pero realmente no sé hasta qué punto pueden ser útiles. Por ejemplo, para enfrentarte al agresivo, dice, debes hacer cosas como mirarlo fijamente y sonreír sin decir nada, evitar la confrontación fingiendo que estás de acuerdo y contestar con chorradas que no vienen a cuento. Amén de que son consejos contradictorios, no hay que ser un lince para darse cuenta de que poniendo en práctica el primero parecerás subnormal, con el segundo estás arrodillándote, y con el tercero pueden acabar partiéndote la cara. También hace algunas recomendaciones que sin duda te ayudarán a "ser dueño de tu destino" pero son obviedades como cuidar tu higiene personal. Sí, parece ser que hay miles de personas que han pagado para que les digan que se laven.

Se trata, en fin, de un libro de mierda que sólo puede encontrar útil la gente de mierda. Bueno, a mí me ha servido para escribir este post, pero no me refiero a ese tipo de utilidad. Tenía un montón de anotaciones hechas para comentar y no he puesto ni la mitad, así que ya os podéis imaginar que el balance es desolador. Ni se os ocurra leerlo. Es más, ¡quemadlo!

No hay comentarios: