La poli ha vuelto a cargar contra manifestantes en plan berserker, dando lugar a otro espectáculo de violencia gratuita que se puede ver en cualquier sitio de internet, salvo en La Razón y medios afines, supongo. La excusa ha sido que había grupos violentos que atacaron a los agentes, que es lo que se suele decir para justificar las palizas, los detrozos y los ataques a los periodistas que lo graban. El caso es muchos tenemos ciertas dudas sobre la naturaleza de esos grupos violentos, que oficialmente son antisistema, pero que en realidad podrían ser policías. Esto fue así toda la vida, pero las pruebas de que no se trata de una paranoia cada vez son más numerosas. Al menos podemos afirmar con seguridad que entre los manifestantes hay policías de paisano encapuchados.
Lo más grave de todo esto es que cada vez que se reparten palos nos cuentan el cuento de Pedro y el lobo, y cuando realmente sea necesaria una carga de este tipo, ¿cómo vamos a saber que es verdad? De hecho, creo que a estas alturas ya sólo se creen la versión policial aquellos que por su ideología política están predispuestos a ello.
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