16/4/12

"Nuestras empresas"

Siempre pasa lo mismo. Cada vez que una gran empresa domiciliada en España tiene problemas con los gobiernos de otros países, el leviatán del dinero se mueve y sus medios de comunicación, que son la mayoría, empiezan a gritar que hay que defender los intereses de nuestras empresas. El caso es que no son nuestras; son empresas privadas, y Repsol en concreto ni siquiera puede considerarse española porque la mayoría de sus accionistas son extranjeros (de hecho casi el 10% de la empresa es de la petrolera pública mexicana, por lo que Repsol es más de los mexicanos que nuestra) y por supuesto, cómo no, tributa en paraísos fiscales, por lo que los intereses de Repsol y los de España no es que tengan mucho que ver. Si el gobierno de Argentina decide recuperar un recurso estratégico que había vendido Menem a precio de puta barata, a nosotros sólo nos queda manifestar una envidia sana al pueblo argentino por tener un gobierno que defiende sus intereses y no los de unos oligarcas neocoloniales.

En realidad creo que todos estos años he estado malinterpretando eso de nuestras empresas. A primera vista parece dar a entender que hablan en representación de toda la ciudadanía, pero en realidad hablan como lo que son: portavoces de la empresa. Cuando un presentador de televisión o un político habla de nuestras empresas no se está refiriendo a nosotros, sino a los propietarios de esas empresas, a los que les pagan y a quienes sirven. Es tan evidente y tan jodidamente descarado que es difícil de ver. Para más información sobre esta y otras engañifas, echadle un vistazo a este magnífico artículo de Pascual Serrano. Son números, no patriotismo de palo.

Actualización. Aquí tenéis a El País poniendo todo un editorial al servicio de sus amos, Dan ganas de echar la pota.

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