Un héroe

 Si hay algo que me alegró la jornada electoral de ayer (siempre las hacen en domingo para que sean más bajoneras) fue la noticia de un chaval de 18 años que había conseguido, después de 600 tweets, que una actriz porno le acompañase a su baile de graduación. Se trata de Megan Piper, que no es Jenna Jameson, pero tampoco es una cualquiera. El instituto, al parecer regido por carcas, le ha dicho al chaval que ni de coña se va a presentar al baile con una actriz porno: el Poder se niega a alterar ni un mílimetro el viejo orden social en que el capitan del equipo de rugby y la jefa de las animadoras. No está el horno para bollos. 

Pero eso es lo de menos. Lo realmente importante es que un crío de instituto, gordo, con pinta de frikazo amante del WoW y receptor masivo de bullying, ha conseguido una cita con una actriz porno buenorra sin despeinarse, mostrándonos a todos lo mucho que se puede conseguir teniendo las ideas claras, paciencia y una perseverancia inquebrantable. Nada más. Es el espíritu emprendedor del que nos hablaba el otro día Pérez Díaz, ni más ni menos.

No, no se trata de apuntarle a todo y conformarse con lo que salga, como hace el modelo de desesperado estándar. Es preguntarse por lo que uno quiere (¿cuántos de nosotros nos hemos parado realmente a reflexionar sobre lo que queremos?) y luchar por conseguirlo, con ambición pero con realismo. Por ello, ese tal Mike Stone no sólo ha conseguido reírse en la cara de sus compañeros de instituto, sino que además se ha convertido en una fuente de inspiración para miles de personas. Honor y gloria para él. 

P.D.: película basada en su vida YA.