25/1/12

Pa' su puta madre pagar el tren


Vamos a ver, un billete sencillo de cercanías a dos zonas ahora mismo cuesta 1,60. Cuando lo vi aluciné: pero a dónde van estos flipaos cobrándote casi trescientas pesetas por un viaje de ida al concejo de al lado, como si no fuese ya suficiente atraco cuando costaba treinta céntimos menos. Lo que montaron los #YoNoPago en el metro de Madrid es la reacción más natural del mundo ante algo así, aunque no me queda tan clara la actuación de los antidisturbios: si se trata de zurrar a los que no pagan sería más urgente que, por ejemplo, vinieran aquí y le partieran el cráneo Álvarez-Cascos por no pagar a los trabajadores de la TPA. El nuevo delegado del Gobierno estaría encantadísimo de dar la orden, por cierto. 

Por todo ello, yo también paso de pagar. Tengo que decir que lo de saltarse los tornos de acceso me gusta y, sin falsa modestia, se me da muy bien. Un rápido movimiento de ballet con espíritu de parkour, y como si fuera magia estoy al otro lado. Lógicamente muchas veces resulta imposible colarse porque sientes el aliento del revisor sobre la nuca, pero tampoco se trata de viajar siempre gratis, sino más bien de que al hacer la media te salga un precio justo. También está la opción, más sencilla, de decir que vas a donde no vas para sacar algún descuentillo. Me dicen que por unos céntimos no compensa tener que improvisar una manera de salir de la estación de destino. Y si tenemos en cuenta sólo el dinero, es verdad que no compensa. Pero no se trata sólo del dinero, sino de la reivindicación.  Menos AVEs que van a utilizar cuatro y más dinero para mejorar el transporte público ordinario.

Por cierto, ante esta subida generalizada de todo, leo que los sindicatos amarillos han logrado que los salarios vayan a subir hasta un 0,5%. O sea, que a los mileuristas habrá que llamarlos milcincoeuristas porque gracias a estos vendidos cobrarán cinco euros más, que no servirán de nada por la subida del IPC. Bravo por ellos.

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