Con derecho a roce

La amistad con derecho a roce o follamistad es un fenómeno cada vez más frecuente entre la gente desemparejada. A veces consiste simplemente en mantener relaciones esporádicas con alguien, y a veces realmente se puede hablar de follamistad. Pero lo importante es que tirarte habitualmente a alguien se ha venido convirtiendo en una fase de transición hacia un noviazgo (el pedante "nos estamos conociendo"), lo que matiza el paradigma clásico de Van Gennep, incorporando una fase previa a la preliminar, en la que se tantea el terreno y definen las reglas más básicas. El gran problema es que los follamigos suelen defender a capa y espada que "no hay nada más", por lo que, cuando la situación se les va de las manos, acaba por haber problemas.

De eso trata más o menos esta película, que no está mal, pero tampoco está bien. Ambientada principalmente en una Nueva York idealizada y protagonizada por personajes jóvenes y atractivos (no se puede decir otra cosa de Mila Kunis y Justin Timberlake) de clase media-alta con trabajos bien remunerados en prestigiosas empresas de ocio, lo que les deja el suficiente tiempo libre como para dedicarse casi en exclusiva a solucionar su vida amorosa. Y vaya que si la solucionan.

En resumen, un título más en la lista del alienante cine de evasión con el que nos bombardea cada semana el oligopólico sistema de distribución gringo. Un entretenido cine de evasión alienante ideal para un domingo aburrido. Y, por cierto, no hay nada mejor que comentar esta película escuchando el disco de Fort Apache: Cine, Ideología y Cultura de Masas.

CQC es una basura tío, pero una mierda que flipas; poner películas de Truffaut y de Éric Rohmer.