21/7/11

Tokio Blues

Tengo entendido que Haruki Murakami, después de ver la primera adaptación cinematográfica de un libro suyo, simplemente le dijo a Tran Anh Hung que estaba bien y le deseó suerte. Yo lo interpeté, y lo sigo interpretando, como que no le gustó, pero que de todas formas no le pareció lo suficientemente mala como para perder la compostura y decirle a su director cuatro cosas bien dichas.

En ese caso, yo estaría de acuerdo con el señor Murakami. A pesar de tener un guión bien pensado y un gran trabajo de fotografía, es una película de una lentitud soporífera, con silencios que no aportan nada (llegué a tener la sensación de que pretendían meter risas enlatadas), con una música chirriante y actores tan expresivos como un maniquí, con la gran excepción de Kiko Mizuhara, que hace una magistral Midori. De hecho, las partes de la película más dignas eran las de Midori.

Tokio Blues se estrenó en España hace unos meses y tenía la intención de ir a verla, pero no pude porque no se dignaron a ponerla en ningún cine de Asturias. En ninguno, y no es la primera vez que me pasa. Debe de ser porque aquí no leemos a Murakami, o algo. Gustosamente hubiera pagado cinco euros para poder avisaros a su debido tiempo de que esta peli no merece la pena.

1 comentario:

Kementari dijo...

Es que sería del todo fuera de lugar que un japonés perdiera la compostura como lo hacemos los occidentales: para ellos, la cortesía excesiva es la forma de mostrar que desaprueban.