La segunda parte de la tetralogía Rebuild of Evangelion se estrenó en Japón el 27 de junio, con las entradas agotadas desde hace tiempo, las salas de cine abarrotadas de frikis disfrazados y demás anécdotas inherentes a estos grandes eventos. Como he nacido en el país equivocado, sólo me quedó resignarme y esperar. Y esperar, y esperar, y esperar...
Pues la espera al fin ha concluido. Esta tarde he visto la peli... y es Dios. Dios. Animación puntera, un rediseño de los ángeles que los hace mucho más dinámicos, más y mejor caracterización psicológica de los protagonistas, una banda sonora muy coral que ya estoy tardando en bajarme... es todo. Y el final, épico. No hay otra palabra.
Y lo mejor es que vas viendo los cambios respecto a la serie y piensas "anda, pues sí que queda mejor así". Nunca lo contrario, porque precisamente fueron mis secuencias favoritas las que dejaron intactas. Como si me hubiesen leído la mente.
Ahora a esperar un año más para ver la tercera parte. De momento sabemos que van a ser aún más generosos con los fan-services, así que nos vamos a poner las botas.
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