Una tarde de sábado, hace algunas semanas, iba caminando por Mieres cuando noté que se acercaban dos personas por detrás. Lo noté porque iban hablando a gritos. Giré la cabeza con poca sutileza y vi que eran dos jóvenes de unos quince o dieciséis años, un chico y una chica. Ella era una de esas gordas que no parecen ser conscientes de su obesidad y como consecuencia van embutidas en ropa que no les vale. Asomaba los michelines por debajo de la camiseta, y caminaba como si estuviese orgullosa de ello. Su acompañante era el típico cani con matices raperos, era más bien delgaducho y toda la ropa que llevaba le quedaba grande, salvo la gorra.
Mientras andaban, mantenían una discusión bastante animada que se podía oír a unos veinte metros de radio. Se expresaban como si tuvieran chinchetas en la boca y, a pesar de que yo podía entender lo que decían y querían decir, ellos no se entendían entre sí. Se me quedó grabado un fragmento de aquel diálogo:
-Como cruce con él...
-Mira, tú nun vas cruzar con él, porque como cruces con él va caete una hostia, pero nun te la va meter él, voy metétela yo porque ye muy buen guaje y como lu toques...
-No, yo nun voy cruzar con él, pero como cruce él conmigo yo contesto-y.
-Mira, no me toques los cojones, que yo normalmente soy muy buena pero si me putean entós yo puteo más.
-No no, tú a mí de putear nada.
-Bueno, yo sólo te aviso de que como cruces con él te parto la cara.
-A ver, que yo no voy a cruzar con él, pero como cruce conmigo...
Y todo lo que pude oír fue así, repitiéndose una y otra vez. Nunca sabré lo que pasó al final. El caso es que me quedé sorprendido de la elocuencia con la que hablan los adolescentes de hoy día y el momento se me quedó grabado en la cabeza. Hoy decidí que había llegado el momento de ponerlo por escrito. Estas cosas se ven de distinta manera cuando se ponen por escrito.
1 comentario:
El cielo está cruzado, ¿quién lo descruzará? El descruzador que lo descruce, buen descruzador será.
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