Quinto año que voy al Carmín. Quinto año que me lo paso genial. Quinto año que salto el muro de la estación para no pagar el billete de vuelta, segundo año que me pilla el segurata y segundo año que me voy de rositas. A esta gente le pones carita de pena, le cuentas un par de milongas, alimentas un poco su ego con pelotilleo fácil y no tienes nada que temer. El segurata me dio un par de palmaditas amistosas en la espalda y terminó diciendo "y no te me vuelvas a colar, ¿eh?", a lo que yo respondí "no, descuida" mientras mi respuesta mental era "porque tú lo digas". Al final, aunque el chaval me había ordenado ingenuamente abonar el importe del billete al llegar a Oviedo, aproveché la confusión y el caos provocado por cientos de jóvenes que intentaban salir de la Feve (muchos en mi misma situación) para pasar by the face y gastarme ese dinero en otra cosa. Y eso que este año salí de casa pensando ser honrado.
A pesar de todo, el momento culminante de la noche fue cuando la orquesta tuvo del detallazo de tocar una de mis canciones de borracho preferidas, precisamente en el momento óptimo para cantar canciones de borracho.
(Siento la calidad del vídeo, pero tenía que poner precisamente éste. Es muy grande)
3 comentarios:
¡Joder, canta bien!
A mi FONOTECA IMPRESCINDIBLE, jejeje.
estuve yo viéndolos mientras cantaban eso! no te vi, aunque con la pila gente que había tampoco es que me extrañe. Grande el carmín, sí señor
Anda, una declaración de principios de Chavez
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