Esta mañana un chaval me paró por la calle para pedirme dinero. A pesar de sus pintas de macarrilla, tenía cara de ser de todo menos tonto, y sabía de sobra que es difícil que la gente suelte dinero porque sí, de modo que me contó su historia. Resumiendo:
Todo empezó con su salida de Villabona, donde había tenido que pasar una temporada por asuntos de drogas. Nada más quedar libre, cometió uno de los errores más frecuentes que solemos cometer los hombres: meterla en donde no debemos. Es decir, que se folló a una gitana. A una gitana que ya estaba, como se dice en caló, apalabrada. Y que además era familiar de El Abuelo, un pez gordo de Ventanielles muy conocido en el mundillo de los yonquis. Llegados a este punto, ya no hace falta explicar que el dinero que me estaba pidiendo aquel tío era para salir de Asturias cagando leches. Por algo considero el sexo intercultural como algo a evitar.
No sé si todo ese cuento sería verdad o sólo un truco para sacar dinero, pero qué demonios, pasé un rato entretenido y además me dio un motivo para actualizar esto, así que le di un par de euros de propina y le deseé suerte. Si finalmente consiguió reunir todo el dinero, ahora ya debe de estar camino del exilio.
2 comentarios:
No sé si te la habrán colado, pero el hecho de que se haya preocupado de contar esa historia que es, cuando menos, original, ya se merece esos dos euros.
Pues ahí donde lo ves ese tío ya ha ganado más que yo contando historias. Vivir "del cuento" es difícil.
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