3/3/15

Recuerdo que

Hubo una época de mi vida en la que me encantaba ir de farra. La rutina era salir de fiesta un viernes, pillar un ciego del copón y luego dedicar la tarde del sábado a reponerse para poder repetir el proceso la noche del sábado. Se empezaba jugando a juegos de beber calimocho (ese calimocho asqueroso del Badulake, que después de los primeros vasos ya no sabía a nada y podías tirar p'alante hasta no poder más) y luego a petarlo por los mejores bares de la calle Mon. En verano era algo parecido, pero yendo más a Gijón ("es que Oviedo en verano está muerto) y empezando la velada de botellón. 

Aquello molaba. Dos de cada tres noches volvía con lagunas mentales, pero aquello era señal de que me lo pasaba bien. Estaba tan viciado a salir y beber y el rollo de siempre que cuando estaba en época de exámenes siempre me prometía no salir el finde y siempre acababa cogiendo el bus a última hora porque llevaba muy mal lo de quedarme en casa. Recuerdo especialmente un fin de semana de agosto en el que por no sé qué motivo no salí y pillé un rebote del quince, y luego mucha tristeza. Luego se pasó porque descubrí lo que cunde un domingo sin resaca, pero en fin. Precisamente en uno de esos sábados noche nació el Blog del Sábado Noche, por cierto. 

No sabría decir cuándo cambió esto exactamente. Supongo que fue poco a poco, a medida que la gente fue marchándose a vivir fuera y todo perdió un poco la gracia. Pero bueno, yo me puse a hacer el máster y a la vez la tesina, de repente me vi sin tiempo para otras cosas, pero sobre todo sin ganas. Creo que nunca había sido tan feliz desde el punto de vista académico, aunque el tema me absorbía tanto que estaba empezando a sentir que me estorbaba todo aquello que no me podía aportar nada, con nefastas consecuencias. Pero bueno, afortunadamente un máster sólo dura un año; acabé con tiempo de sobra todo lo que tenía que hacer y todo volvió más o menos a la normalidad. 

Y creo que a partir de ahí se acentuó la inercia de que los viernes o se sale de tranquis o no se sale, y que los sábados sí, pero no todos. Y que en los bares pongan rock y/o heavy, no sólo por la música, sino porque así de paso espantas a determinada fauna nocturna y se crea un ambiente de lo más agradable.

Así estoy la mar de contento. Igual es lo que llaman madurar, aunque yo prefiero decir que es el proceso de encontrarse a uno mismo. Que no debe de ser muy distinto.

No hay comentarios: