Leo con orgullo y satisfacción que la agencia Moody's nos ha vuelto a rebajar la calificación para que los bancos puedan usurar más dinero en forma de deuda pública, pero esta vez al menos nos han llamado República de España, recordándonos al gran trompetista de Melbourne, que llegó a ganarse un lugar privilegiado en el corazón de muchos. Es algo parecido a esa sensación de ilusión que tenías cuando eras niño y alguien con mal ojo para las edades te echaba años de más, o a esas ganas de darle las gracias a la cajera de supermercado que te pide el DNI, por si acaso, cuando compras alcohol.
Y ahora, la observación perspicaz del jueves por la tarde:
Se supone que las agencias de rating se dedican a ponerle nota a las distintas economías para determinar el riesgo que supone prestar dinero a quien corresponda, ¿no? Si sacas mala nota significa que es muy probable que acabes por no devolver la pasta, y si sacas buena nota es que eres un tío legal y cumplirás cuando y como corresponde.
Pero para saber si alguien es un tío legal o un potencial moroso es necesario conocerle muy bien, y Moody's ni siquiera sabe que aquí todavía no ha vuelto la república, así que no creo que esta gente sea trigo limpio. De hecho me parece que les da un poco igual lo que hagamos o dejemos de hacer para contentar a "los mercados", porque la famosa calificación de la deuda es cada vez peor a pesar de las reformas laborales y los cambios constitucionales y demás milongas. Vamos, que para eso nos hubiera salido más rentable no haber hecho nada.
2 comentarios:
Vaya chanza. Lo peor de todo es que con esas notas también condicionan la evolución. Es una previsión con trampa porque están ayudando a que sea así.
Ya bueno, en este caso lo de la profecía autocumplida es un chollo...
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