Uno de los intelectuales más importantes de nuestro país, Torbe, se metió en problemas sólo por decir que las mujeres de Torrelavega eran más feas que el culo de un mandril. No seré yo el que aplique tal frase a todas las cántabras, pero sí que diré que las chicas más guapas que había este fin de semana por Santander tenían acento de fuera. Por lo menos las que oí hablar.
La ciudad en sí es muy Oviedo hacia el interior, con sus agotadoras pendientes y todo eso, pero acercándose a la costa ya es más Gijón. De hecho para pasear y/o ir a playa está bastante mejor la zona de El Sardinero que el gijonudo barrio de La Arena.
La noche fue la gran decepción. No encontramos ningún bar que mereciera realmente la pena y estaba todo más caro que aquí. A 2,50 euros un miserable chupito de tequila. 4,50 me llegaron a cobrar por una Coronita. Y a las 4:30 estaban chapando los bares, como si esto fuese algún aburrido país del norte de Europa. Lo de acabar a las cinco en casa jugando a la Xbox y viendo a dos lesbianas comiéndose el chimichurri en la tele local fue sin duda algo interesante, pero no era el plan que tenía.
No obstante, tengo que reconocer que yo tampoco estaba para muchas fiestas; me dolía un poco la cabeza y estaba cansado, así que habrá que darle otra oportunidad a este puto pueblo. Al fin y al cabo, mi noche en Oviedo tampoco me gustó. Es que me habían llevado al Tribeca.
1 comentario:
Las cosas son más caras en general. Pero cuando el sábado por la noche me volvieron a sablar tuve que pararme a pensar. Y sospecho que el mes pasado las copas no eran tan caras en los mismos bares. Es el revés de vivir en una zona turística.
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