20/1/13

Ayer fuimos a ver Django desencadenado

Pero no voy a hablar de la peli. Me limitaré a decir que, aunque no está a la altura de Malditos bastardos, es buena y merece el precio de la entrada, aun teniendo en cuenta de que los sábados por la tarde te cobran como si las butacas te dieran masajes en el culo. En lugar de ello, hoy voy a hablar de lo agobiante que es conducir, o mejor dicho, navegar, durante una ciclogénesis explosiva.

Supongo que el error principal fue pretender ir al cine a Parque Principado. El viaje hasta allí fue relativamente fácil, a pesar de la visibilidad de mierda y del viento, que hacía que maniobras tan sencillas como adelantar en una autovía se convirtieran en una operación delicada. Lo duro empezó al llegar allí: el acceso al centro comercial estaba cerrado porque al menos una de las rotondas de acceso estaba inundada. Es normal que se inunden un poco cuando llueve porque esas rotondas están hechas por Pepe Gotera y Otilio, pero aquel día era el lago Enol con una islita en medio. Por tanto, hubo que poner rumbo hacia lo desconocido para dar un camino de cabras, o una caleya, como decimos los más asturianos. Para volver al buen camino me tuve que meter en un charco, y cuando digo que me tuve que meter no me refiero a pasar por encima, sino a atravesarlo como los judíos en el Mar Rojo, pero sin Moisés. Salimos de allí de puro milagro, y sólo faltó la estrella de mar en el parabrisas y un pez brincando sobre el capó para darle el toque de gracia a la situación.

Total, que todo eso no sirvió para nada porque fuimos a parar justo delante de la rotonda inundada. Vi que se acercaba un guardia civil y bajé la ventanilla para preguntarle por donde se podría pasar, pero antes de que me diera tiempo a decir nada me echó una bronca que básicamente se resume con la frase "tú eres tonto". Así que finalmente optamos por dar la vuelta y bajar a Los Prados, aprovechando el camino para disfrutar viendo a todos los que venían en sentido contrario, ignorantes de la trampa mortal en la que estaban a punto de meterse. Muahahaha.

Y esto, hamijos, es lo que sucede cuando oyes la previsión del tiempo como quien oye llover. Todavía no me puedo creer que haya llegado a ver la peli y a tomar un capuccino italiano gay con un corazón de chocolate dibujado sobre la espuma.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por lo menos aprendimos q cuando llueve un poco más de lo normal no se pue ir a PP. Y q si vas y no pues acceder por el sitiu normal, val más marchar y no intentar entrar por sitios raros q tan peor!

Y por lo menos hicimos turismo!