13/12/12

Los diez pokémon más ridículos

Los diseños de los 649 pokémon que existen en la actualidad (venga, vamos a redondear a 650 contando a Missingno) no son precisamente un derroche de imaginacón. La mayoría están basados en animales y plantas, muchos son cosas (Litwick es una vela, Grimer es un zurullo, Klink es un engranaje, Geodude es una piedra) y algunos, los más molones, son animales fusionados con cosas (Blastoise es una tortuga con cañones, Camerupt es un camello con volcanes en vez de jorobas, Pikachu es una rata con un rayo el culo). También hay algunos muy curiosos, como Hippowdon, que es un hipopótamo de tierra. Pero el objetivo de este post no es hacer una meta-taxonomía de los pokémon ni usarlo para explicar las asociaciones de ideas de las que hablaba David Hume. Eso se lo dejo a los filósofos que me leen, que seguro que son muchos. La intención que tengo es mencionar algunos de esos pokémon cuyo diseño refleja un gran desinterés por parte del dibujante y que ofenden a la vista de los pobres entrenadores que tienen que luchar contra ellos. Y, como en Mundoblog está tan de moda el rollo de hacer listas (en Cracked ya casi no hacen otra cosa), voy a contribuir con un didáctico top-10:
10- Woobat
Una de las características que tiene cada nueva generación Pokémon es que es que los pokémon que más comúnmente aparecen en estado salvaje (sobre todo en las primeras rutas) no se repiten, pero son sustituidos por bichos que a efectos prácticos vienen a ser lo mismo y que en general suelen ser cada vez más feos.  Ejemplo típico con los de tipo normal: Rattata, Sentret, Zigzagoon, Bidoof y Patrat. En la quinta generación, el murciélago que cumple las funciones del viejo Zubat es Woobat, una bola de pelo con un solitario diente y una ¿nariz? en forma de corazón. La nariz en forma de corazón da ganas de matar, aunque a mí personalmente lo que más me irrita es que encima parezca feliz de ser así: se carga toda la tradición de murciélagos terroríficos y amargados, desde Drácula hasta Batman.

9 - Scraggy

El que dibujó esta cosa fue lo suficientemente ingenuo como para pensar que los que entrenadores pokémon no hacemos otra cosa que entrenar a nuestros pokémon, y que por tanto nadie se daría cuenta que Scraggy está claramente sacado de Sargento Keroro. De hecho, este bicho es Kururu sin las gafas y con unos pantalones anchos de rapero.  A niveles bajos puede causar quebraderos de cabeza, pero luego, como buen pokémon de tipo lucha, no tiene ni media hostia. Y se disfruta bastante acabando con él, por cierto.

8- Vanilluxe

Y en general toda su cadena evolutiva, Vanillite y Vanillish, que, como sus propios nombres indican, vienen a ser helados de vainilla. Ya es bastante patético el concepto de que un pokémon sea un helado, pero la máxima evolución... en fin. Yo tengo la teoría de que Vanilluxe es un homenaje al propio proceso de creación de Vanilluxe: dos colegas fumándose un porro en invierno. Uno dice: "hey, ¿hacemos un pokémon con forma de helado?" y su amigo responde "qué dices tío jajajaj, a que no hay huevos". Y oye, al final los hubo, para desgracia de los jugadores. 

7 - Weezing
A los de primera generación estamos tan acostumbrados que muchas veces no reparamos en lo horrorosos que son. Weezing parece una evolución a medias del Koffing, como si fuese a convertirse en otra cosa pero el proceso hubiera sido abortado a medio camino. Algo así como cuando Bart Simpson intentó crear un príncipe azul y salió un engendro peor que una rana. Ya se le ve en la cara que no se encuentra cómodo con su condición precisamente... y por eso uno de sus ataques más útiles, explosión, consiste en inmolarse haciendo el máximo daño posible. 

6- Bronzong
Me da mucha pena hablar mal de Bronzong porque fue un miembro importante de mi equipo en el Pokémon Platino, pero la verdad es que el bicho es feo de cojones. Tiene los ojos a la altura de la boca, y los brazos encima de la cabeza. Y qué coño, es una campana. Una campana que evoluciona de un plato, para más señas. 

Bien, agárrense los machos a partir de aquí, porque empieza lo gordo.

5- Probopass

Salta a la vista que este pokémon está basado en un moái de la Isla de Pascua, lugar que, por cierto, me gustaría visitar algún día. La idea es buena, y desde luego Probopass no estaría en esta lista de no ser por ese patético intento de bigote que finalmente se quedó en una densa mata de vello púbico. Y no es cuestión de tener la mente sucia: es que no se puede ver otra cosa. De hecho, a mí me gusta derrotarlo con ataques de tipo fuego porque me gusta la sensación de estar quemándole el bigote. Esto es un FAIL de proporciones similares al Batman pajillero que regalaban con el Happy Meal.


4- Spoink
De este bicho no sé muy bien que decir, aparte de que me causa un asco tremendo. Esos coloretes parecen la típica broma que te gastan tus amigos cuando estás durmiendo la mona, el rabo-muelle es desquiciante y además está sacado descarademnte del tigre de Winnie the Pooh. Afortunadamente es un pokémon que te encuentras relativamente poco a lo largo del juego. 

 3- Stunfisk

Los pokémon que combinan tipos dispares son fuertes por naturaleza: un bicho de tipo agua-tierra, por ejemplo, tiene ventajas más que evidentes contra los eléctricos, lo que te da mucho margen de maniobra en un combate. Un buen pokémon de este tipo es, por ejemplo Whiscash, que además es bastante bonito: todo lo contrario que Stunfisk, que pretendía ser un pez y se quedó en una alpargata, en cuya mirada se intuye, además, cierto retraso mental.

2- Garbodor
Para empezar a intuir qué demonios es esto, hay que tener en cuenta que su pre-evolución está inspirada en una bolsa de basura. Por tanto, Garbodor es esa misma bolsa tan llena que terminó por reventar, dando lugar a un montón de mierda con ojos y boca que parece pedir a gritos que le mates. Personalmente creo que el que lleve a este pokémon en su equipo debe de tener algún tipo de fetichismo raro, porque a mí personalmente me resulta desagradable incluso combatir contra él. 

 1- Ludicolo
Cuando lo vi por primera vez, flipé en colores. ¿Qué coño es esto?, y sobre todo, ¿en qué estaba pensando el tío que lo dibujó? Es una mezcla entre pato, cactus, palmera y mariachi. El resultado podría haber resultado interesante en un cuadro de Dalí, pero como pokémon es ridículo. Lo suficientemente ridículo como para inspirar un post sobre pokémon ridículos.

Y este ha sido mi resumen de las cinco primeras oleadas de los pocket monsters.¿Qué nos depararán las próximas generaciones? Seguarmente más jugabilidad y aventuras más interesante, pero también bichos más feos. Sea como fuere, yo estaré ahí para dar testimonio de ello.

3 comentarios:

Opiniones incorrectas dijo...

Yo no le veo parecido a Spoink con Tiger, pero me he partido xD

Felix dijo...

molan mas los digimon

Luis dijo...

Calla hereje, que Digimon es para niños pequeños.