La historia de las adaptaciones de Dragon Ball al cine de carne y hueso es una historia llena de facepalms, cabreos, WTF's y reírse por no llorar. Yo, sin ninguna duda, me quedo con la versión taiwanesa de principios de los noventa, con la que al menos pasé un rato entretenido gracias a esos efectos especiales tan de los Power Rangers y a ese je ne sais quoi que te recuerda a la época en la que ibas al videoclub todas las semanas. Dragonball evolution es una puta basura, sin más.
Visto lo visto hasta ahora, un grupo de fans enfurecidos ha decidido hacer una peli de Bola de Dragón en condiciones, ciñéndose al manga lo máximo posible, sin inventarse historias que no vienen a cuento. De hecho, está basada en el principio de DBZ, con la llegada a nuestro planeta de Raditz, y posteriormente Vegeta y Nappa (este último genialmente caracterizado, por cierto). La película se ha financiado básicamente con modestas aportaciones de frikis y, como consecuencia, resultado final es también bastante modesto. Aun así, aunque la cutrez se vea a kilómetros de distancia, tiene algo que le falta a muchas películas de millones de dólares: dignidad.
1 comentario:
¡Meca! Mola mogollón.
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