15-M: Voces de una Revolución

A ver, yo no sabía que existía esto. Y cuando vi en la sección de cómics de la Fnac una portada en la que salía un tipo con la máscara de Guy Fawkes investido de un halo de luz divina, melena al viento, corcel rampante, clavando una flamígera lanza en un no-se-sabe-qué muy feo, dije: esto tiene que ser mío. Y mío fue.

Sobre el 15-M circula mucha morralla en forma de libro: todos vienen a decir lo mismo y no aportan nada nuevo para cualquiera que esté medianamente atento a la actualidad, salvo que se trate de esa actualidad anestésica de chavales pillados follando en la Politécnica o cuervos haciendo snowboard. En ese sentido, este cómic no es distinto, salvo por el hecho de ser un cómic. Cada capítulo viene introducido por un fragmento de la Declaración Universal de Derechos Humanos, y representa un testimonio indignado ilustrado con viñetas que más o menos intentan corresponderse con lo que dice la voz en off. Entre capítulo y capítulo, a modo de relleno que no viene a cuento, los grandes iconos de la civilización occidental con el rostro cubierto con la máscara de Fawkes. Todo en un dibujo en clave de heroic fantasy mezclado con steampunk muy chulo.

Hay que recuperar las alegorías, el discurso sobrecargado de metáforas, la vieja práctica de mostrar a los buenos como una luz purificadora que arrasa con las miserias del mundo y a los malos como la ciénaga donde se hunde todo rastro de civilización. Sí, es exagerar deliberadamente, pero sigue siendo una de las formas más bonitas de asir esta realidad tan escurridiza.